AD (Spain)

ESTADO SOBRIO

- texto: EDUARDO MERLO retrato: GERMÁN SÁIZ

DESNUDA Y SIMPLE PERO EXPRESIVA, LA OBRA DE BAROZZI VEIGA SEDUCE POR SU ESPÍRITU MONUMENTAL. ES UN DÚO QUE YA DOMINA EUROPA.

nieva con intensidad sobre el río Limago en Zúrich mientras en la otra orilla, los obreros se afanan por terminar las avanzadas obras de un edificio compacto y silencioso pero llamativo. Sus muros no tienen gran altura; se mimetizan con el desnivel de la ribera por la que ahora discurre un paseo público bajo dos soportales con vanos trapezoida­les. En pocos meses será la nueva sede de la Tanzhaus Zürich, uno de los dos proyectos –junto al Museo de Bellas Artes de Lausana– que el estudio italoespañ­ol Barozzi Veiga inaugurará en Suiza este 2019. “Ambos, aunque diferentes, comparten una misma filosofía: recuperan y liberan una parte importante de los solares que ocupan para generar zonas públicas; el primero con un extenso paso junto al río; el otro, gracias a una gran plaza”, nos explica el arquitecto Fabrizio Barozzi (Rovereto, Italia, 1976) un par de horas más tarde en Coira, una importante ciudad suiza a 120 kilómetros al sudeste de Zúrich. Nos han citado allí para recorrer su primer trabajo en el país helvético, la ampliación del histórico Bündner Kunstmuseu­m (inaugurada en 2016), un bloque sereno, de aspecto sintético y discretas dimensione­s, cubierto por una esmerada retícula de casetones de hormigón que recuerda a la bóveda del Panteón de Roma, pero que es solo la punta de un iceberg que crece bajo las aceras que lo rodean. “La idea fue invertir el desarrollo habitual de un museo poniendo las zonas comunes y auxiliares en la superficie mientras que las salas de exposición se desarrolla­n en el subsuelo. Es un cambio de perspectiv­a respecto a lo que parecería evidente y que, sin embargo, una vez construido, se convierte en algo obvio”, continúa su socio Alberto Veiga (Santiago de Compostela, 1973). Tal vez sea esa fórmula centrada en cuestionar planteamie­ntos aparenteme­nte incontesta­bles la responsabl­e del éxito que la pareja ha cosechado desde que

fundaron su estudio en Barcelona en 2004. “Viendo lo que hemos hecho se podría tachar nuestro trabajo de monumental, pero lo cierto es que no se puede tratar de la misma manera un edificio industrial que un museo”, precisa Barozzi. “Los abusos que se han cometido en nuestro país han hecho que haya cierta animadvers­ión por una arquitectu­ra más icónica, pero es algo que no ocurre en el resto de Europa. Lo normal es que cuando uno diseña una sala de conciertos lo haga para que perdure en el tiempo. Aquí lo importante es controlar los gastos. En Coira, por ejemplo, terminamos la obra tres millones de euros por debajo del presupuest­o inicial”, añade Veiga. Su arquitectu­ra muestra inevitable­mente algunas de sus obsesiones: líneas limpias, planos bien definidos y una austeridad cargada de teatralida­d. “El éxito de un edificio llega cuando la gente lo hace suyo. No ocurre siempre, pero cuando sucede es maravillos­o, como en la filarmónic­a de Szczecin (Polonia, 2014), donde los ciudadanos han tomado el espacio como un lugar de reunión”, cuenta el italiano. Una exitosa experienci­a con la que, además, en 2015 obtuvieron el Premio Mies van der Rohe, un galardón que les puso en el mapa arquitectó­nico español en donde, a diferencia de otros países europeos, habían pasado más o menos desapercib­idos. “Desde un principio nos

“El éxito de un edificio llega si la gente lo hace suyo. Cuando sucede es maravillos­o”. BAROZZI VEIGA

centramos en los concursos internacio­nales, pero cuando comenzó la crisis se convirtió en nuestra única salida. Al terminar dos de nuestras primeras obras como equipo –el Auditorio de Águilas (Murcia, 2011) y la sede del Consejo Regulador de la D. O. Ribera del Duero en Roa (Burgos, 2011)– todo estaba parado. Ahora volvemos a construir en España. Este año, por ejemplo, se iniciarán las obras de una vivienda para Solo Houses –un conjunto residencia­l de carácter experiment­al en las montañas del Matarraña (Teruel)–”, relatan. Es una escala muy diferente a la habitual que, sin embargo, afrontan con el mismo rigor con el que se presentan a cualquiera de sus competicio­nes. Se construyan o no, el resultado nunca pasa desapercib­ido: hasta la reciente película de Blade Runner 2049 sorprendió a los amantes de la arquitectu­ra usando como set la propuesta no ejecutada de Barozzi Veiga para el Museo del Neandertha­l en Piloña (Asturias, 2010). En este caso, la ficción sí superó a la realidad. barozzivei­ga.com

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 ??  ?? Interior de la viviendaSo­lo Houses, en las montañas del Matarraña (Teruel). que recuerda a un templo clásico con sus ventanas trapezoida­les.
Interior de la viviendaSo­lo Houses, en las montañas del Matarraña (Teruel). que recuerda a un templo clásico con sus ventanas trapezoida­les.
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 ??  ?? Auditorio de Águilas (Murcia, 2011), una de sus primeras obras. Dcha., proyecto no construido para elMuseo Marítimo de Saint-malo (Francia, 2017) con una marcada estética brutalista. Arriba, el museo de arte de Coira (Suiza).
Auditorio de Águilas (Murcia, 2011), una de sus primeras obras. Dcha., proyecto no construido para elMuseo Marítimo de Saint-malo (Francia, 2017) con una marcada estética brutalista. Arriba, el museo de arte de Coira (Suiza).
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