ESTADO SOBRIO
DESNUDA Y SIMPLE PERO EXPRESIVA, LA OBRA DE BAROZZI VEIGA SEDUCE POR SU ESPÍRITU MONUMENTAL. ES UN DÚO QUE YA DOMINA EUROPA.
nieva con intensidad sobre el río Limago en Zúrich mientras en la otra orilla, los obreros se afanan por terminar las avanzadas obras de un edificio compacto y silencioso pero llamativo. Sus muros no tienen gran altura; se mimetizan con el desnivel de la ribera por la que ahora discurre un paseo público bajo dos soportales con vanos trapezoidales. En pocos meses será la nueva sede de la Tanzhaus Zürich, uno de los dos proyectos –junto al Museo de Bellas Artes de Lausana– que el estudio italoespañol Barozzi Veiga inaugurará en Suiza este 2019. “Ambos, aunque diferentes, comparten una misma filosofía: recuperan y liberan una parte importante de los solares que ocupan para generar zonas públicas; el primero con un extenso paso junto al río; el otro, gracias a una gran plaza”, nos explica el arquitecto Fabrizio Barozzi (Rovereto, Italia, 1976) un par de horas más tarde en Coira, una importante ciudad suiza a 120 kilómetros al sudeste de Zúrich. Nos han citado allí para recorrer su primer trabajo en el país helvético, la ampliación del histórico Bündner Kunstmuseum (inaugurada en 2016), un bloque sereno, de aspecto sintético y discretas dimensiones, cubierto por una esmerada retícula de casetones de hormigón que recuerda a la bóveda del Panteón de Roma, pero que es solo la punta de un iceberg que crece bajo las aceras que lo rodean. “La idea fue invertir el desarrollo habitual de un museo poniendo las zonas comunes y auxiliares en la superficie mientras que las salas de exposición se desarrollan en el subsuelo. Es un cambio de perspectiva respecto a lo que parecería evidente y que, sin embargo, una vez construido, se convierte en algo obvio”, continúa su socio Alberto Veiga (Santiago de Compostela, 1973). Tal vez sea esa fórmula centrada en cuestionar planteamientos aparentemente incontestables la responsable del éxito que la pareja ha cosechado desde que
fundaron su estudio en Barcelona en 2004. “Viendo lo que hemos hecho se podría tachar nuestro trabajo de monumental, pero lo cierto es que no se puede tratar de la misma manera un edificio industrial que un museo”, precisa Barozzi. “Los abusos que se han cometido en nuestro país han hecho que haya cierta animadversión por una arquitectura más icónica, pero es algo que no ocurre en el resto de Europa. Lo normal es que cuando uno diseña una sala de conciertos lo haga para que perdure en el tiempo. Aquí lo importante es controlar los gastos. En Coira, por ejemplo, terminamos la obra tres millones de euros por debajo del presupuesto inicial”, añade Veiga. Su arquitectura muestra inevitablemente algunas de sus obsesiones: líneas limpias, planos bien definidos y una austeridad cargada de teatralidad. “El éxito de un edificio llega cuando la gente lo hace suyo. No ocurre siempre, pero cuando sucede es maravilloso, como en la filarmónica de Szczecin (Polonia, 2014), donde los ciudadanos han tomado el espacio como un lugar de reunión”, cuenta el italiano. Una exitosa experiencia con la que, además, en 2015 obtuvieron el Premio Mies van der Rohe, un galardón que les puso en el mapa arquitectónico español en donde, a diferencia de otros países europeos, habían pasado más o menos desapercibidos. “Desde un principio nos
“El éxito de un edificio llega si la gente lo hace suyo. Cuando sucede es maravilloso”. BAROZZI VEIGA
centramos en los concursos internacionales, pero cuando comenzó la crisis se convirtió en nuestra única salida. Al terminar dos de nuestras primeras obras como equipo –el Auditorio de Águilas (Murcia, 2011) y la sede del Consejo Regulador de la D. O. Ribera del Duero en Roa (Burgos, 2011)– todo estaba parado. Ahora volvemos a construir en España. Este año, por ejemplo, se iniciarán las obras de una vivienda para Solo Houses –un conjunto residencial de carácter experimental en las montañas del Matarraña (Teruel)–”, relatan. Es una escala muy diferente a la habitual que, sin embargo, afrontan con el mismo rigor con el que se presentan a cualquiera de sus competiciones. Se construyan o no, el resultado nunca pasa desapercibido: hasta la reciente película de Blade Runner 2049 sorprendió a los amantes de la arquitectura usando como set la propuesta no ejecutada de Barozzi Veiga para el Museo del Neanderthal en Piloña (Asturias, 2010). En este caso, la ficción sí superó a la realidad. barozziveiga.com