AD (Spain)

Pareja esteta

El fotógrafo Manolo Yllera y la escritora Cristina López Barrio necesitan rodearse de belleza para inspirarse en sus trabajos. Esta es la última reencarnac­ión estética de su nave-loft contada por ella.

- estilismo: AMAYA DE TOLEDO texto: CRISTINA LÓPEZ BARRIO fotos: MANOLO YLLERA

El fotógrafo Manolo Yllera y la escritora Cristina López Barrio se rodearon de belleza (y humor) en su nave-loft de Madrid. Ella, finalista del Premio Planeta, nos lo cuenta.

Me he casado con un esteta. No lo sabía la primera vez que me trajo a esta casa, en una vespa que volaba por las calles laberíntic­as de un barrio de casa, para mí desconocid­o, y aparcó entre una imprenta y un taller primera vez de coches. La que abrió la puerta de cristal, que separa este loft del mundo, y traspasé lo que en literatura llamamos un espacio frontera.

El personaje de la historia –yo en este caso– no vuelve a ser el mismo después de adentrarse en él. A medio camino entre un plató de cine donde todo es posible, una oficina cálida y un hogar, a medio camino entre lo bello y lo divertido, me conquistó desde el principio al igual que su dueño. No pude resistirme al encanto de sus techos altos, de sus lámparas de papel de periódico reciclado, de las telas que se funden con la textura rústica de las paredes, de la luz diáfana que penetra a ciertas horas por las ventanas decadentes, adquiridas en un déballage francés. Todo mueble y objeto de las diferentes estancias: el salón, la cocina, el comedor y el dormitorio revolucion­aban mi imaginació­n. La mesita roja de este último (diseñada por Marteen Baas, aprendí más tarde) comenzaría a caminar en cualquier momento con sus patas derretidas. Mesas vivas, banquetas con alas de mariposas, sofás blancos como icebergs en el océano de una alfombra marroquí, árboles de flores blancas y pájaros entre una lámpara de cristal, un espejo barroco grafiteado, un rostro de Fornasetti de cuya cabeza surgen flores… Sin duda, es el sitio perfecto para inspirarme, sobre todo por las noches cuando lo envuelve el silencio y camino por él descalza, en penumbra, con la sensación de que es el personaje de alguna novela aún por escribir. Los lugares que habitamos nos condiciona­n, creamos con ellos vínculos emocionale­s, incluso a veces nos transforma­n. Ahora que hemos de abandonarl­o, lo echaremos mucho de menos, es más que un espacio, forma parte de nuestra vida, de nuestra historia. Cristina López Barrio es escritora, finalista del Premio Planeta 2017 con la novela ‘Niebla en Tánger’.

 ??  ??
 ??  ?? En la zona de estar, lámparas de techo de Enrique Romero de la Llana, diván curvo anónimo con cojín de Gancedo, sofá de piel de vaca, en Neutra, fotografía de Chema Madoz, en Elvira González, cortinas de lino de
Gancedo diseñadas
por Casa Josephine
para ArcoMadrid
2019, lámpara de pie de Mouille y de mesa Snoopy de Castiglion­i para Flos, y mesa de centro de Saarinen. En la otra página: Cristina López Barrio y Manolo Yllera en las sillas iceberg francesas anónimas de los años 60, en Serge Castella.
En la zona de estar, lámparas de techo de Enrique Romero de la Llana, diván curvo anónimo con cojín de Gancedo, sofá de piel de vaca, en Neutra, fotografía de Chema Madoz, en Elvira González, cortinas de lino de Gancedo diseñadas por Casa Josephine para ArcoMadrid 2019, lámpara de pie de Mouille y de mesa Snoopy de Castiglion­i para Flos, y mesa de centro de Saarinen. En la otra página: Cristina López Barrio y Manolo Yllera en las sillas iceberg francesas anónimas de los años 60, en Serge Castella.
 ??  ?? El espacio central con techos de cinco metros y paredes de yeso “mal dado” –explica Manolo– aplicado con llana mezclando blanco marfil, blanco ocre y blanco puro. En primer término, butaca Pelican de Finn Juhl, en Batavia,y a la dcha., silla de tres patas española comprada en Los Traperos de Emaús. Lámpara de pie de papel Akari 10A de Isamu Noguchi, en Vitra. Entre las dos ventanas de hierro compradas en un rastro de Francia, fotografía de Seydou Keïta. Todo el suelo está cubierto de alfombras bereberes.
El espacio central con techos de cinco metros y paredes de yeso “mal dado” –explica Manolo– aplicado con llana mezclando blanco marfil, blanco ocre y blanco puro. En primer término, butaca Pelican de Finn Juhl, en Batavia,y a la dcha., silla de tres patas española comprada en Los Traperos de Emaús. Lámpara de pie de papel Akari 10A de Isamu Noguchi, en Vitra. Entre las dos ventanas de hierro compradas en un rastro de Francia, fotografía de Seydou Keïta. Todo el suelo está cubierto de alfombras bereberes.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? En un rincón del salón, butaca de pelo de cabra de Mongolia Tre Pezzi de Franco Albini y de cuero Lady de Marco Zanuso, ambas de Cassina, fotografía de Manolo Yllera, mesita Tulip de Saarinen con cerámica china y lámpara de techo de Enrique Romero de Llana. En la otra página: Escritorio de los 50, en Batavia, silla
Superlegge­ra de Gio Ponti, en Cassina, lámpara de D-Luz, flores de Sally Hambleton y, en la pared, dibujos de Icíar de la Concha y Daniel Salorio y fotografía­s de Uxío da Vila y Elisa González Miralles.
En un rincón del salón, butaca de pelo de cabra de Mongolia Tre Pezzi de Franco Albini y de cuero Lady de Marco Zanuso, ambas de Cassina, fotografía de Manolo Yllera, mesita Tulip de Saarinen con cerámica china y lámpara de techo de Enrique Romero de Llana. En la otra página: Escritorio de los 50, en Batavia, silla Superlegge­ra de Gio Ponti, en Cassina, lámpara de D-Luz, flores de Sally Hambleton y, en la pared, dibujos de Icíar de la Concha y Daniel Salorio y fotografía­s de Uxío da Vila y Elisa González Miralles.
 ??  ??
 ??  ?? Butacas rojas y mesa lacada de los años 50, todo en Los Gusano, con cerámicas, en Tado. Silla blanca, en
L.A. Studio, y fotografía de Chema Madoz, en
Elvira González. Sobre la peana, jarrón blanco y negro, en Batavia, como el biombo de papel. En la otra página: De nuevo el comedor con la cocina al fondo, hecha con módulos de acero y muebles rescatados. Retratos de Manolo Yllera y árbol con flores blancas de Llorens y Durán.
Butacas rojas y mesa lacada de los años 50, todo en Los Gusano, con cerámicas, en Tado. Silla blanca, en L.A. Studio, y fotografía de Chema Madoz, en Elvira González. Sobre la peana, jarrón blanco y negro, en Batavia, como el biombo de papel. En la otra página: De nuevo el comedor con la cocina al fondo, hecha con módulos de acero y muebles rescatados. Retratos de Manolo Yllera y árbol con flores blancas de Llorens y Durán.
 ??  ?? En el dormitorio, encima de la cama de Nu Showroom, fotografía de Uxío da Vila. Sobre una mesa mallorquin­a del XVIII, en Mercedes Urquijo, jarrón de Fornasetti, portapapel­es de colores, en IKB 191, y escultura botánica de Daniel Salorio. Encima, tapiz de Teresa Lanceta,
en Espacio Mínimo. Taburete Butterfly de Yanagi y silla Plywood de los Eames, ambos de Vitra, mesita roja Clay de Maarten Baas con lámpara del Rastro, butaca de Warren Platner, en Batavia,y alfombra bereber. Dcha., mesita Tulip de Saarinen con jarrón chino y flores de Sally Hambleton.
En el dormitorio, encima de la cama de Nu Showroom, fotografía de Uxío da Vila. Sobre una mesa mallorquin­a del XVIII, en Mercedes Urquijo, jarrón de Fornasetti, portapapel­es de colores, en IKB 191, y escultura botánica de Daniel Salorio. Encima, tapiz de Teresa Lanceta, en Espacio Mínimo. Taburete Butterfly de Yanagi y silla Plywood de los Eames, ambos de Vitra, mesita roja Clay de Maarten Baas con lámpara del Rastro, butaca de Warren Platner, en Batavia,y alfombra bereber. Dcha., mesita Tulip de Saarinen con jarrón chino y flores de Sally Hambleton.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain