Efecto sorpresa
Juguetona, chocante, insólita... El interiorista Giacomo Totti creó un diálogo de opuestos en una carcasa de hormigón para una familia en Italia.
En una caja de hormigón en el norte de Italia, el interiorista Giacomo Totti ha creado un refugio juguetón y llamativo inspirado en Carlo Scarpa en el que reside una gran familia.
“La clave es el contraste entre el cemento DESNUDO y la vivacidad de los MUEBLES, sin caer en el kitsch”. GIACOMO TOTTI
“Me inspiré en creadores de esta región del Norte de Italia, sobre todo en CARLO SCARPA”. GIACOMO TOTTI
El interior es un homenaje a Carlo Scarpa y a esta zona de Italia, situada entre Venecia y Verona, en el Noreste del país. Aquí nacieron o trabajaron, además del mencionado arquitecto, Angelo Brotto, Gino Sarfatti o Kazuhide Takahama, que siendo japonés dejó, entre los años 70 y 80, una inmensa huella en el diseño de la región”. Eso nos cuenta Giacomo Totti, el interiorista de esta casa familiar llena de imaginación y color. En sus 400 m2 situados a 15 minutos de la bellísima ciudad palladiana de Vicenza, conviven las zonas comunes en una gran sala central en forma de T y un gimnasio en su primera planta, y tres dormitorios, dos baños y una amplia terraza en el piso superior. “La clave es el contraste entre el brutalismo de la carcasa, hecha con paredes de cemento desnudas, y la vivacidad de los detalles, algo que crea un efecto sorpresa que sin embargo no cae nunca en el kitsch. Por eso, aunque el proyecto se ha estudiado con la máxima rigidez a nivel formal, es acogedor y fácil para el día a día. Los niños pueden jugar en el enorme salón sin coacciones”, sigue Totti. El matrimonio y los tres hijos de esta familia le pidieron algo más minimalista y serio, pero poco a poco entraron en esta nueva visión del interiorismo. Tanto la cocina como la chimenea, la sala de estar, las puertas, la escalera y la mesa de centro son diseños de Totti, pero los muebles son en su mayoría italianos y midcentury: butacas de Gio Ponti y Franco Albini, lámparas de Gaetano Sciolari, Angelo Brotto y Gino Sarfatti, una mesita de Carlo Scarpa, sillas de Gibelli, animadas por elementos más chocantes como una alfombra china de los años 20 y otra psicodélica setentera de Grau-Garriga en el dormitorio de la pareja. Todo esto marida bien con el arte contemporáneo de las paredes, los rotundos papeles pintados y el gran óleo de Alessandro Fogo en el comedor. “No me interesa un diseñador o una época concreta, sino conseguir que dialoguen diferentes lenguajes y periodos de formas insólitas”. Y atípica es la decoración de esta villa que reinterpreta el pasado de forma juguetona. GIACOMOTOTTI.COM