Luz larga
Era antigua y oscura y ahora es luminosa y moderna. El estudio Ding Dong obró el milagro en esta casa de Oporto pegada a un jardín.
De oscura y añeja, esta casa de Oporto pasó a ser luminosa, estética y moderna. Con su mano cálida, colorista y positiva, el estudio portugués Ding Dong fue quien le dió el vuelco.
En el exclusivo barrio de Foz, en Oporto, en una casa de 250 m2 en la que ahora vive una familia compuesta por un hombre y dos perros, el estudio de interiorismo luso Ding Dong dejó su sello llenando de calidez y luz la vieja construcción. Piezas de madera y cuero compradas en anticuarios y mercadillos se mezclan con otras diseñadas por ellos o de autor (David Hicks, Jens Risom...) para amueblar las tres plantas de una vivienda de hechuras típicamente portuguesas que fue levantada en 1930. “Llevaba abandonada años y tenía varios problemas estructurales y de distribución: estaba excesivamente compartimentada y desfasada, no era nada funcional, pero al mismo tiempo poseía elementos de carácter único con mucha personalidad”, nos cuenta Michael Miranda, director creativo del estudio. Les gustaron especialmente las escaleras, los suelos de madera originales, de los que crujen, la pequeña habitación del ático y los preciosos nísperos del jardín. En la primera planta, el salón, el comedor, la cocina y un pequeño aseo están abiertos al patio y a su vegetación. En los otros dos, dos dormitorios con sus dos baños, un vestidor y un minigimnasio completan la vivienda. “La concebimos como una caja de sorpresas con un aire masculino y un espíritu ecléctico –sigue Michael–. El arte juega un papel fundamental en todos nuestros proyectos pero aquí es más evidente. Los murales de escayola de la artista Iva Viana son esenciales, de hecho se los encargamos como parte del proyecto de interiorismo”. ¿Y lo que la hace más especial? “El valiente uso del color, la sensación de apertura y la luz de las zonas comunes que comunican con la paz del patio”, remata el interiorista. DINGDONG.PT