Sacar los colores
A base de tonalidades inspiradas en su pasado, Note Design Studio rejuveneció un esplendoroso apartamento del XVIII en el centro de Estocolmo.
Inspirándose en su pasado y con alma juguetona, el estudio ‘Note Design Studio’ resucitó y armonizó este esplendoroso apartamento del XVIII en Estocolmo.
Cuando el equipo de Note Design entró por primera vez en este esplendoroso apartamento del XIX en el centro de Estocolmo quedaron abrumados con sus molduras, sus señoriales carpinterías y los adornos de estuco que pueblan sus techos. Sus 200 m2 habían albergado las oficinas de una marca de moda y debían convertirse en un hogar para un padre recién divorciado que quería un espacio divertido para sus hijos. “Lo primero que nos preguntamos fue: ‘¿Por dónde empezamos?’ Pero cuando los carpinteros empezaron a abrir las paredes para ver las cañerías y salieron a la luz un montón de colores, un amarillo oscuro, un crema y un rosa, lo tuvimos claro: ese era nuestro comienzo”, cuenta Susanna Wåhlin, arquitecta de interiores del estudio. En homenaje a ese hallazgo la bautizaron como Hidden Tints (tintas ocultas) y utilizaron la vivienda, completamente teñida de blanco por sus inquilinos anteriores, como un lienzo en el que ir jugando con ocho tonos basados en los que habían descubierto. Todas las puertas son del mismo verde y los muros y los muebles van mutando en este espectro que se repite. Durante el proceso, que se demoró más de un año, tuvieron que crear una cocina y agrandar el baño, aunque tan solo levantaron dos paredes, y primaron la restauración de los elementos originales relacionándolos a su vez con los nuevos. Por ejemplo, los entramados de los suelos de madera, distintos en cada estancia, se trasladaron a los armarios hechos a medida y el tono de una de las tres chimeneas de cerámica recuperadas se reflejó en una de las estanterías. “Se cuidó hasta el más mínimo detalle para crear un todo. En lugar de habitación por habitación, hicimos una experiencia holística en la que tuvimos libertad y tiempo para crear todo lo que queríamos. Por eso es uno de mis proyectos favoritos”, confiesa Wåhlin. El interiorismo se completó con muebles hechos a medida, como la cama, los armarios o la isla de la cocina de terrazo (de las pocas cosas que se sale de la uniformidad existente) con otras ajenas de marcas como Magis o Artek y diseñadas por el estudio pero editadas por marcas suecas. Por supuesto, prestaron especial atención al dormitorio infantil, del que quisieron hacer una zona de juegos en la que los pequeños olvidaran la separación de sus padres, con un escritorio hecho para ellos y hasta un columpio. “Cuando la niña entró a la casa lo primero que dijo fue: ‘¡Oh, este es mi nuevo color favorito!’. Ahí supimos que habíamos triunfado”. NOTEDESIGNSTUDIO.SE