Larga VIDA
Con una remodelación respetuosa y un interiorismo lleno de iconos, un palacio modernista en el Pirineo renace como alojamiento de lujo. El Mercer Hotel Torre del Remei ya es un nuevo clásico.
El Palacio de la Torre del Remei, en la localidad de Bolvir, en plena Cerdanya catalana, es uno de esos lugares que parecen tener el paso del tiempo de su lado. Obra del arquitecto Calixto Freixa, discípulo de Gaudí, y encargado por el banquero Agustí Manut i Taberner, se inauguró en 1910, durante la Guerra Civil pasó a ser un hospital y, tras décadas de declive, en los 90 se abrió como hotel y se convirtió en una de las mecas de la alta cocina catalana. De manera casi milagrosa su espectacular decoración modernista siempre fue respetada y sigue siendo su seña de identidad tras su remodelación de la mano de la cadena Mercer Hoteles, que lo ha convertido en un cinco estrellas de gran lujo: el Mercer Hotel Torre de Remei. “El edificio ya tenía mucho que contar por sí mismo. Intervinimos acorde con el espacio y con la intención de convertirlo en un clásico. El tiempo será nuestro aliado”, afirma Amanda Molina, directora de diseño y proyectos de Mercer Hoteles. Así, en el interior, restaurado con minuciosidad pero interpretando su arquitectura modernista en clave contemporánea, sofisticada y confortable, lucen esplendorosas columnas, vidrieras, escayolas y cerrajerías con motivos vegetales. Molina les ha añadido una cuidada selección de mobiliario
de líneas curvas, dando como resultado una especie de art noveau renovado, glamouroso y atemporal, en el que se genera un mix entre las sinuosas creaciones de ella misma, hechas por artesanos locales e inspiradas por el entorno, con las de maestros como Gio Ponti, Miguel Milá, Arne Jacobsen o Josef Hoffmann y de nombres top de hoy en día, como Norman Foster, Antonio Citterio, Space Copenhagen, Gamfratesi, Note Design Studio o Neri&Hu. “Nos gusta crear un efecto wow pero con piezas atemporales. Queremos que el huésped, al entrar, reconozca la arquitectura pero que se sorprenda por la atmósfera”, resalta. Tras su reforma, el hotel cuenta en total con 24 habitaciones con una decoración en la que se ha apostado por materiales naturales, como cortinas de lino, sábanas de algodón egipcio de 400 hilos, cabeceros de piel y butacas de madera o mesas de mármol. “Tenemos un cómplice: la luz natural que impregna las estancias gracias a los grandes ventanales”, cuenta Molina. La mitad de las suites se sitúan en un anexo, las antiguas caballerizas, en las que no se disimula su pasado, con techos altos de madera y paredes de mampostería. La experiencia la completa su jardín con árboles centenarios, la piscina exterior climatizada y el tándem formado por el chef Carles Gaig en la cocina y Fina Navarro en sala. “También son muy importantes las excursiones que ofrece en un entorno privilegiado como este o sencillamente disfrutar en su relajante interior. Es todo lo que puede desear un huesped”, concluye. MERCERHOTELTORREDELREMEI.COM POR EDUARDO INFANTE