Fue el PRECURSOR del posmodernismo con LÍNEAS DEPURADAS y gran osadía.
Un asunto de nobleza, así entendió el diseño Kazuhide Takahama (Kyushu, Japón, 1930 - Bolonia, 2010). Sobre todo desde el momento en el que cambió su país en 1963 por Italia atraído por el empresario Dino Gavina, a quien conoció en la Triennale de Milán del 57 y junto al que concibió el depuradísimo sofá Naeko para su editora Gavina. Ya instalado, trabajó, siempre fiel, para su descubridor, al tiempo que colaboraba con las punteras Studio Simon, B&B Italia o Cassina. Con su visión poética nipona avanzó el posmodernismo: líneas esenciales, equilibrio y figuras geométricas de color que parecían quebrarse para componer muebles. Sumó experimentación, como el uso de la espuma de alta densidad en sus sofás Marcel, Raymond y Suzanne (bautizado así como su hermana), este último editado por Knoll, propietario de Gavina desde 1968; y probó con el arte funcional, como su Elmo, un casco vikingo de cerámica que se descompone en platos y que edita Paradisoterrestre, la segunda aventura de Gavina, o las prácticas y escultóricas piezas para Cassina, como la mesa plegable Antella o el aparador Bramante hechas con la tradicional técnica de la laca de su país. “Es la manera de ennoblecer un simple tablero, el único material semielaborado disponible para la producción industrial de muebles”, dijo con honor.