Tocar BARRO
Sus delicadas piezas (mesas, jarrones, candelabros) de arcilla, únicas y mediterráneas, están entre el arte povera y el slow design. Los italianos Studio Terre llevan otro ritmo.
su visión: la necesidad de retroceder y de vivir más ligados a nuestros orígenes. No en vano Studio Terre (los italianos Nino, Jufà y Riccardo) moldean con arcillas locales piezas espontáneas, mediterráneas, apegadas a la tierra y a la tradición. Mesas, jarrones o candelabros únicos, entre povera y ancestrales, que parecen sin acabar o a punto de deshacerse. Se definen como un pequeño laboratorio artesanal y dicen que crean a partir del propio acto de vivir y que su arte es instintivo: "No proyectamos el objeto, este se va definiendo solo, pensamos en su concepto y nuestra energía se materializa imperfectamente". El trío se instaló hace justo un año, en plena pandemia, en Trivolzio (Pavía), cerca de
Milán. Ellas son las artistas y él se ocupa más de la parte socioadministrativa del negocio. "Nuestro archivo se compone de arcillas refractarias claras, rojizas y marrones, todas italianas y casi siempre de aquí, lombardas", explican. En su trabajo, sus lugares natales (Puglia, Basilicata y Sardegna) se mezclan con los paisajes del Oltrepó Pavese, donde crecieron. "El arte es el reflejo de la sociedad y de lo que sucede históricamente. En este momento de gran cambio, sentimos más que nunca la necesidad de centrarnos y comunicar algo verdadero. En nuestro imaginario hay un fuerte reclamo de la casa, un regreso a las raíces y a los fundamentos de nuestra cultura. Queremos alejarnos del frenesí y la alienación que nos imponen, nos interesan ritmos más naturales", reivindican.
“SENTIMOS LA NECESIDAD DE COMUNICAR ALGO VERDADERO. TENEMOS FUERTES REFERENCIAS
A LA CASA, LA TRADICIÓN Y LA TIERRA". STUDIO TERRE