Mariposas en la cocina
una mariposa revolotea por un jardín de la campiña mallorquina y se adentra en un edén de morteros con base de cal, linos naturales, madera y marés. En la poesía de este paisaje descansa una típica casa de labranza reconvertida hoy en el punto de encuentro de una familia que buscaba en el pueblo de Santa Margalida un lugar de reunión. Nos lo cuenta el arquitecto Jon Irigoyen, del estudio i-architecture, en el interior de la vivienda levantada entre muros de marés y coronada por la rotundidad de una isla esculpida en roca de piedra caliza de Son Tafona, dando forma a una imponente cocina. La portada del número de mayo de AD España es un homenaje a la estancia por excelencia que funciona como centro neurálgico del hogar contemporáneo. “Antaño, la cocina era un lugar de reunión en lugares como
Mallorca. Esa costumbre se perdió y fue reducida a la condición de espacio escondido, privado y sucio, hasta que la cultura popular la rescató”, le cuenta Jon Irigoyen a Alberto Piernas durante la sesión de fotos del reportaje que arranca nuestra sección de Casas en este nuevo número. “¡Como el entomólogo a la caza de mariposas de vistosos matices, mi atención perseguía, en el vergel de la substancia gris, células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental!”, exclamaba en su autobiografía, Recuerdos de mi vida, el padre de la neurociencia, Ramón y Cajal, haciendo alusión al misterio de las neuronas. Como una ‘mariposa del alma’, la cocina es hoy el eje vertebrador de ese ‘circuito neuronal’ que configura la vivienda integrada en la naturaleza, que respira y se transforma como si de un ser vivo se tratara. En torno a esta estancia reunimos también este mes a los iconos del estilo que alimentan nuestro imaginario estético ahora y siempre: David Bowie o la diseñadora de joyas Elsa Peretti, entre otros, revolotean por nuestro especial Cocinas dejándonos ideas para sobrevivir a la astenia primaveral. Y si no tuvieran suficiente, sigan leyendo y acompáñennos al jardín privado de Banca March en Madrid, que hasta el verano acoge las fuentes monumentales de la artista americana Lynda Benglis. Su última colaboración de joyas para LOEWE es un canto a la naturaleza cambiante, y en estas páginas fotografiamos sus piezas reposadas como frágiles mariposas entre sus esculturas de poliuretano. No se lo pierdan.