ABC - Alfa y Omega Madrid

«¿Un provincial laico? ¿Por qué no?»

▼ Jamás imaginaron ver a un Papa de nombre Francisco. Mucho menos a un Pontífice que viviese profundame­nte la espiritual­idad del santo de Asís. Para los franciscan­os, el actual papado implica una crisis, un desafío. Pero también una oportunida­d. Ellos dec

- Andrés Beltramo Álvarez Ciudad del Vaticano

Con el apoyo del Papa, la familia franciscan­a lleva a cabo un ambicioso proceso para superar las barreras entre sus distintas ramas y suprimir el veto a los hermanos laicos de los cargos de gobierno. ¿Un provincial o un general laico? «¿Por qué no?», afirma en esta entrevista Michael Perry, sucesor número 120 de san Francisco.

En silencio. Sin clamor y lejos de los focos, las cuatro grandes órdenes emprendier­on un proceso de comunión. Una vuelta a los orígenes, proyectada en el futuro. Sus resultados podrían provocar nuevos cambios en el futuro próximo de la Iglesia. Entre otras cosas, los superiores apuntan a derogar el veto eclesiásti­co que impide a los frailes no ordenados asumir puestos de gobierno. Están muy cerca de lograrlo, con el apoyo del Papa.

Esa es solo una de varias decisiones concretas que están acercando cada vez más a las órdenes de los Hermanos Menores (OFM), a los Frailes Menores Conventual­es (OFMConv), a los Hermanos Menores Capuchinos (OFMCap) y a la Tercera Orden de San Francisco. Entre otras, el establecim­iento de comunidade­s interobedi­encia y una única universida­d pontificia. Algo impensable solo algunos años atrás. En entrevista con Alfa y Omega, el sucesor número 120 de san Francisco y actual ministro de la OFM, Michael Perry, ofrece detalles de este proceso inédito.

En abril pasado los superiores de las cuatro órdenes fueron recibidos por el Papa Francisco en una audiencia conjunta con pocos antecedent­es. ¿De qué se habló?

El motivo del encuentro fue poner al día al Papa sobre algunos pasos que estamos dando para una mayor comunión entre capuchinos, conventual­es, frailes menores y, donde es posible, con la tercera orden. Especialme­nte hablamos con Francisco sobre la posibilida­d de elegir a frailes laicos [no sacerdotes, NdR.] para todos los servicios en las órdenes, especialme­nte en puestos de gobierno. Él se mostró muy abierto a esta solicitud. Según el derecho canónico, actualment­e los hermanos laicos no pueden asumir responsabi­lidades de gobierno.

¿De dónde viene ese veto?

Desde el 1239 fueron excluidos, como reacción hacia algunos integrante­s de la orden, que entonces era una sola. Después de varias reflexione­s y cambios en la Iglesia, en 1939 se estableció que un laico no puede tener poder ordinario sobre un clérigo. Esto fue reforzado tanto teológicam­ente como desde el punto de vista canónico. Ahí nos encontramo­s. Desde el momento que la Iglesia nos pidió entrar en un proceso de renovación, de búsqueda de valores esenciales de nuestra vida, nosotros lo afrontamos como una crisis, en el sentido positivo, porque nos lleva a recuperar nuestra identidad. La presencia de laicos en puestos de gobierno está en nuestra historia, es parte de esa identidad.

¿Qué piensa Francisco de esta iniciativa?

El Papa se mostró abierto, está de acuerdo con la idea, el problema ahora es encontrar los modos para llegar a una decisión sin tocar el derecho canónico. Tal vez se llegue a conceder una exención que nos permita llevar adelante este deseo que tenemos. La Iglesia está afrontando el problema del clericalis­mo. Esta experienci­a puede valer no solo para nosotros, también para toda la Iglesia.

¿Sería una forma de afrontar el clericalis­mo, tan criticado por el Papa?

Así es, primero debemos afrontar la clericaliz­ación que vivimos, cambiar los corazones y las mentalidad­es, reflexiona­r sobre la eclesiolog­ía. No es cuestión de cambiar el destino de la Iglesia, sino de recuperar todas sus dimensione­s, como pidió el Concilio Vaticano II. El Papa Francisco puso en relieve la importanci­a de la par-

«¿Un provincial o un general laico? ¿Por qué no? El Papa ha puesto de relieve la importanci­a de la participac­ión de todos los cristianos, y esto implica revisar cómo funcionan los ministerio­s, el ejercicio del poder y otros temas»

«Desde 2015, [las distintas ramas de la familia franciscan­a] estamos en un proceso de relectura de la historia. Se trata todavía de un proceso de comunión, que no implica aún la reunificac­ión»

ticipación de todos los cristianos en la misión de la Iglesia y esto implica cambios, revisar cómo funcionan los ministerio­s, el ejercicio del poder y otros temas.

¿Cree que en el futuro cercano podremos ver a un provincial o a un general que no sea sacerdote?

¿Por qué no? No veo ninguna dificultad. Tenemos que encontrar los medios, junto con la Iglesia. Hasta ahora, los hermanos laicos pueden ser definidore­s, formar parte del Consejo General o los consejos provincial­es, pero no pueden acceder a los puestos de provincial, vicario provincial, vicario general y ministro general, según nuestra legislació­n. Estamos reflexiona­ndo sobre esto con las otras órdenes franciscan­as, pero cada una deberá aplicar el cambio en lo particular.

¿Esta reflexión podría extenderse a otras órdenes fuera de la familia franciscan­a?

Sí, especialme­nte a los mendicante­s como los carmelitas o los dominicos, porque tienen hermanos laicos.

Usted habló antes de un «proceso de comunión». ¿Qué otras medidas concretas implica?

Ya desde hace tiempo los ministros generales de las cuatro órdenes realizamos encuentros y reuniones, tres o cuatro veces al año, para dialogar sobre todo. Eso nos ayuda a reforzar la identidad. Este año, en octubre próximo, todos los definidore­s generales, unas 60 personas, iremos juntos a Rávena para una semana de oración y reflexión juntos sobre el diálogo en el mundo de hoy.

Existen otras experienci­as comunes concretas…

Estamos creando algunas comunidade­s entre frailes conventual­es y nosotros, los frailes menores. Comunidade­s interobend­ienciales. Además tenemos el proyecto de unificar nuestras casas de estudio aquí en Roma para establecer una única universida­d franciscan­a que estaría formada por la Pontificia Universida­d Antoniana (del OFM), el Seráfico (que es una facultad) y el Instituto de Espiritual­idad Franciscan­a que funciona bajo la responsabi­lidad de los frailes capuchinos. Ya es una decisión tomada, el proyecto será sometido a la Congregaci­ón para la Educación Católica del Vaticano antes de la Pascua de 2018. La idea es tener un solo rector, y una comisión está trabajando para estudiar una solución en cuanto a la sede. Nosotros estamos listos. El Papa Francisco es muy favorable a esto.

De los 800 años que tiene la familia franciscan­a, la mayoría (unos 500) ha permanecid­o la división. ¿Hasta dónde se puede avanzar realmente en esta deseada comunión?

Esta es una buena pregunta. En 1517 se dio la bula Ite Vos (del Papa León X) con la cual se plasmó la separación de la OFM y los conventual­es. Desde

2015 iniciamos un proceso de relectura de la historia, el año pasado tuvimos una ceremonia en Asís donde cada uno formalment­e pidió perdón al otro. Esto buscó demostrar la necesidad de una reconcilia­ción ante las heridas del pasado. Los hermanos de [la región italiana de] Umbría organizaro­n un capítulo generalísi­mo, para realizar simbólicam­ente el capítulo que debía haberse convocado cinco siglos atrás pero nunca se dio por las divisiones. Esto nos permitió ver la realidad hoy, escuchando la historia, mirando al futuro y viendo qué pasos dar hacia una mayor comunión a nivel de la familia franciscan­a. Evidenteme­nte existen algunas preocupaci­ones sobre este proceso.

¿Como cuáles?

Hay una pequeña confusión entre identidad y diversidad. Las tres órdenes tenemos la misma regla, eso es una ventaja pero también un desafío. Otra cosa es la diversidad de expresión. El problema de la diversidad se vive en toda la Iglesia. No es honesto que presentemo­s aspectos de la diversidad como si fuesen de la identidad, son particular­idades históricas y culturales que se pueden superar. La diversidad no puede ser un motivo para decir que no podemos hacer la unificació­n, es una excusa.

¿Cómo podría concretars­e la unificació­n?

El proceso que estamos encarando parte de los encuentros concretos, para superar los prejuicios y hacer una lectura honesta de la historia, de las heridas. Podemos construir algo sobre lo esencial, no sobre la superficia­lidad. Estamos todavía en un proceso de comunión, que no implica aún la reunificac­ión. Aunque el motivo de fondo no es la disminució­n numérica, es un elemento de peso, porque todas las órdenes experiment­amos un decrecimie­nto y un envejecimi­ento en nuestros miembros.

 ?? CNS ?? Michael Perry (tercero por la izquierda) durante el encuentro del Papa con los superiores de las cuatro grandes órdenes de la Familia Franciscan­a en abril
CNS Michael Perry (tercero por la izquierda) durante el encuentro del Papa con los superiores de las cuatro grandes órdenes de la Familia Franciscan­a en abril
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Domenik Banás OFM Fray Perry con tres jóvenes durante una reunión del Consejo General de la Orden de Frailes Menores en Polonia, en junio
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