Nuestra diócesis
Madrid se encuentra entre dos diócesis históricas, Toledo y Alcalá. La tradición remonta el origen de la diócesis de Toledo al siglo I, aunque los primeros datos la sitúan en el siglo IV. Con el reinado de Leovigildo se inició el esplendor cultural y religioso. La invasión árabe convirtió muchos templos en mezquitas y los cristianos abandonaron la ciudad. Algunos, los que pudieron quedarse, son los llamados mozárabes. En el año 1085 el rey Alfonso reconquistó la ciudad y la villa de Madrid. Los cristianos entonces profesaron su fe abiertamente, pero vieron cómo la reforma de Cluny complicó la pervivencia de sus ritos. El Papa Gregorio VII los instó a cambiar la liturgia, imponiendo poco a poco el rito romano frente al gótico. En Madrid, san Isidro y su esposa santa María de la Cabeza eran mozárabes.
Por otra parte, la diócesis de Alcalá se remonta al siglo V, cuando un obispo de Toledo encontró las reliquias de los santos Justo y Pastor y ordenó edificar un templo en su honor, creando Complutum como sede episcopal. En el año 1099 el Papa Urbano II la disolvió agregándola a Toledo, aunque la iglesia de los Santos Niños no se abandonó, sino que se elevó al rango de colegiata. Los siglos posteriores alternaron esplendor y decadencia, y con la creación de la diócesis madrileña, el Papa León XIII nos recordó su importancia citando a la nueva diócesis como Madrid-Alcalá.
Llegó entonces a Madrid procedente de Salamanca don Narciso Martínez Izquierdo con un proyecto reformador que no pudo llevar a cabo. A él le han sucedido once obispos y arzobispos, el beato don Ciriaco Sancha, don José María Cos y Macho, don Vitoriano Guisasola, don José María Salvador y Barrera, don Prudencio Melo Alcalde, don Leopoldo Eijo y Garay, don Casimiro Morcillo, don Vicente Enrique Tarancón, don Ángel Suquía Goicoechea, don Antonio María Rouco Varela y el actual don Carlos Osoro Sierra.
En el año 1964 fue elevada a Arzobispado y, en el año 1991, se crearon las diócesis de Alcalá de Henares y Getafe, sufragáneas ambas de la de Madrid que, en 1992, se convirtió en sede metropolitana. En la actualidad en las tres diócesis de Madrid, Toledo y Alcalá encontramos liturgia hispano-mozárabe.