Año Mariano en la Almudena
▼ La Santa Sede concede a la catedral de la Almudena un Año Jubilar Mariano por el 25 aniversario de la dedicación del templo
El Papa ha concedido a la catedral de la Almudena un Año Jubilar Mariano, a los 25 años de su dedicación por san Juan Pablo II. «Será un año para aprender junto a María a ser discípulos misioneros», afirma el cardenal Osoro.
Hace ahora 25 años, el 15 de junio de 1993, san Juan Pablo II vino a Madrid para dedicar la catedral de Santa María la Real de la Almudena. Un cuarto de siglo después, con motivo de su 25 aniversario, la Santa Sede ha concedido a la catedral un Año Jubilar Mariano, que lleva por lema Con María, discípulos misioneros de Jesucristo y que comienza este viernes, 15 de junio.
Los actos conmemorativos arrancan el mismo viernes a las 19:00 horas, con una Eucaristía de acción de gracias y de apertura del Año Jubilar. A lo largo del año, los fieles que peregrinen a la catedral podrán ganar la indulgencia plenaria, y el Cabildo de la catedral y la Vicaría de Evangelización han preparado numerosas actividades, encuentros, catequesis del cardenal arzobispo y conciertos que irán teniendo lugar durante los próximos meses.
Un templo para todos
El actual delegado de Actos Institucionales y colaborador de Alfa y Omega, Jesús Junquera, era uno de los ceremonieros que participaron en aquella Eucaristía que presidió Juan Pablo II. Hoy recuerda que «Madrid necesitaba una catedral para que todos los madrileños pudieran sentirse acogidos y para que todos los fieles pudieran tener un lugar para celebrar juntos la fe, y creo que ese es un objetivo que ya hemos consegui-
do. Todo Madrid ya sabe que hay una catedral que acoge a todo el mundo, también a los no creyentes, y en la que día a día se vive y se hace presente la fe de la Iglesia».
Aquel templo que hace 25 años estrenaba su liturgia en Madrid, se ha visto enriquecido durante los años siguientes con numerosas incorporaciones y novedades, como las tres salas de mosaicos de Marko Rupnik, las pinturas de Kiko Argüello en la girola, el museo diocesano, o las capillas laterales en las que las diferentes realidades de Iglesia con arraigo en Madrid han dejado su huella.
La presencia de la Virgen
Pero, sin duda, la presencia más significativa es la de la Virgen María en su advocación de la Almudena, a la que está consagrado este Año Mariano. «Este va a ser un año no solo para dar gracias por el aniversario de la dedicación de la catedral, sino también para celebrar la presencia activa de la Virgen en la vida de la Iglesia diocesana», explica Ángel Castaño, profesor de Mariología de la Universidad San Dámaso.
Por este motivo, este jubileo va a ser también «un tiempo de gracia para toda la Iglesia en Madrid, un tiempo para mirar a la Virgen María, la más cercana al Señor y a la vez la más cercana a cada uno de sus fieles». En este tiempo «se trata de centrar los ojos en la Virgen María para escuchar sus palabras: “Haced lo que Él os diga”; para reconocer su presencia maternal y misericordiosa en
la vida de la Iglesia y su acción constante; para unirnos a su oración de intercesión por todo el mundo y para imitarla en el seguimiento del Señor, pues ella es modelo de vida creyente, orante y misericordiosa para la Iglesia y todos los fieles».
De este modo, las numerosas actividades que van a tener liugar este año tendrán «la finalidad de formar la mente y el corazón para un mayor compromiso de fe en las circunstancias actuales que atraviesa nuestra diócesis», explica Ángel Castaño.