Un fenómeno mundial
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida es un observatorio a nivel mundial del empeño especial que tiene la Iglesia por acercarse a las familias. Desde allí, Carlos Simón, responsable de la sección de Familia del organismo vaticano, confirma que «en Europa, y también en Hispanoamérica y en algunas naciones de Oriente Medio, la parroquia se está transformando en la casa de las familias, especialmente en las ciudades». Simón explica asimismo que «igual que cuando alguien que tiene problemas económicos sabe que puede acudir a Cáritas, la parroquia está empezando a aparecer como un lugar al que también pueden acudir aquellos que tienen dificultades familiares. La parroquia es una lugar que acompaña a la familia cuando están presentes el gozo y la felicidad, y también cuando aparecen los problemas». Al mismo tiempo, «desde Roma vemos cómo los padres están demandando a la parroquia cada vez más ayuda para educar a sus hijos, sobre todo en los desafíos actuales que tiene por delante, como el uso de las nuevas tecnologías o la educación afectivo-sexual».
Para todo ello, Carlos Simón subraya la necesidad de «formar un grupo consistente y maduro de ayuda en cada parroquia, formado por el sacerdote y varios matrimonios que puedan llevar a cabo toda esta tarea de acompañamiento».