«Llevar la novedad de Dios al areópago moderno»
«A veces no tenemos idea de la belleza del tesoro que tenemos, y hasta qué punto puede fascinar a los que no lo conocen», afirmó el lunes monseñor Lucio Adrián, secretario del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, al inaugurar en Burgos la 71ª Semana Española de Misionología. «Tenemos que saber llevar a la cultura contemporánea la novedad de Dios. También en el areópago moderno, tenemos que ser capaces de ofrecer un mensaje bello, creativo, original y fascinante. A eso lo llamo yo misión». Dentro de esta tarea a la que está llamada la Iglesia, en el siglo XXI es imprescindible estar presente en las redes sociales, pero también adaptarse a los nuevos códigos que estas implican. «Para alguien acostumbrado a Twitter, no es aceptable una homilía de 40 minutos». Además, «hay que hacer un servicio multimedia, que implique al lector».
El responsable de la antigua Secretaría de Comunicación, recientemente elevada por el Papa a Dicasterio, se mostró convencido de que «el Espíritu Santo suscita en cada época los cómos de la comunicación». Pero los cristianos también han de ser conscientes de las consecuencias de la saturación informativa. «Las redes acercan al que está lejos, pero muchas veces alejan al que está cerca», reconoció. Por eso, el hombre contemporáneo está sediento de una comunicación auténtica, que lleve a la comunión. En esa dirección –concluyó– debe trabajar la Iglesia.