Los obispos españoles: «Santo Padre, no está solo»
«Santo Padre, no está solo; la Iglesia pide por usted como en otro tiempo por Pedro». Es el mensaje que el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Ricardo Blázquez, hizo llegar a Francisco para transmitirle el «afecto, cercanía y apoyo» de los obispos españoles ante las críticas contra él durante el verano. «Pedimos al Señor que le continúe sosteniendo en las luchas diarias por el Evangelio, que le otorgue su paz y la capacidad para decir a los cansados una palabra de aliento», explicita el texto. En la misiva, el también arzobispo de Valladolid agradecía al Santo Padre «su incansable trabajo pastoral y su dedicación al ministerio que el Señor le ha confiado». Y constataba cómo «anunciar el Evangelio con fidelidad y libertad, denunciar con valentía que lo que Dios reprueba, pedir humildemente perdón por los pecados y equivocaciones de los miembros de la Iglesia, clérigos y laicos, se manifiesta en ocasiones en forma de cruz muy pesada para usted, unido en comunión con Jesucristo el Buen Pastor».
El cardenal Bláquez escribió la carta el 23 de agosto, tras la publicación de la Carta al Pueblo de Dios pero antes de la del memorándum de monseñor Viganò, acusando a Francisco de encubrimientos. Después de este último acontecimiento, el 27 de agosto, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, también se solidarizó con el Papa en un tuit en el que subrayaba: «Eres valiente en desvelar la verdad del Evangelio y mantener viva la misión de la Iglesia: dejas entrar, devuelves dignidad, eres pobre y estás con los pobres, abres los ojos, pides perdón. Rezamos por ti».
El cierre de filas en torno al Santo Padre se ha repetido en muchas diócesis y conferencias episcopales a lo largo y ancho del planeta. La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) condenó la semana pasada «los intentos de dividir a la Iglesia de Cristo» y llamó «a todas las personas de buena voluntad a trabajar, en la fe, por el desarrollo de un mundo de justicia, verdad y paz».