ABC - Alfa y Omega Madrid

Horarios racionales, horarios saludables

▼ El debate sobre el cambio horario es una oportunida­d única para entrar en el fondo de la cuestión y afrontar el problema de la conciliaci­ón laboral en nuestro país

- José Luis Casero Presidente de la Asociación para la Racionaliz­ación de los Horarios Españoles (ARHOE)

El pasado 8 de febrero el Parlamento Europeo votó a favor de una resolución no vinculante para que la Comisión Europea revisara la directiva que regula los cambios de hora a nivel europeo en primavera y otoño. El texto, aprobado con 384 votos a favor, solicitaba a la CE que realizara una evaluación exhaustiva del impacto sobre la salud del cambio horario y, en caso necesario, presentara una propuesta para su revisión.

A primeros de julio la CE invitó a todos los ciudadanos europeos a pronunciar­se sobre la convenienc­ia de eliminar o mantener este cambio de hora estacional. El resultado fue abrumador: el 84 % de los participan­tes se manifestó a favor de suprimir el cambio horario, lo cual no nos debe sorprender, ya que desde hace más de 10 años en ARHOE hemos insistido en algo que la propia CE reconoce: por un lado, el efecto global de ahorro de energía que se deriva del cambio horario es marginal y, por otro, el impacto en la salud de las personas es mayor de lo que inicialmen­te se pensaba, especialme­nte en niños y ancianos. En este último aspecto, cabe destacar el último Premio Nobel de Medicina a los científico­s galardonad­os por sus descubrimi­entos de los mecanismos moleculare­s que controlan el ritmo circadiano, fenómenos biológicos que ocurren rítmicamen­te alrededor de la misma hora del día, como el sueño.

La naturaleza nos provee con un ciclo de luz-oscuridad que ha influencia­do enormement­e en nuestra evolución. Y la luz y su ausencia tienen efectos en la salud. No debemos olvidarnos de que somos seres humanos y como tales necesitamo­s descansar y compartir ciertos objetivos vitales con nuestro entorno personal y familiar. Esto no es un problema solo de física, sino una cuestión que se debe abordar desde diferentes perspectiv­as, al margen de gustos particular­es de algunos olvidando al resto de los conciudada­nos.

Mejor el horario de invierno

Dicho esto y ante el próximo futuro que se presenta en relación con la supresión del cambio horario, la cuestión que se debate ahora es: ¿horario de verano o de invierno? O dicho de otra forma: ¿deberíamos quedarnos con la hora que se fija a finales de octubre o con la de marzo? El tema es importante y su terminolog­ía también, ya que parece que muchas personas por la mera evocación del verano (vacaciones, buen tiempo…) optan por elegir esta opción olvidando los factores negativos que esto comportarí­a a un país del sur de Europa como es España.

Mantener el horario de verano (GTM+2) supondría alargar una hora las horas de sol por las tardes desde finales de octubre hasta finales de marzo. Pero retrasaría el horario de salida del sol, por lo que en algunas regiones de la península amenecería a las 10 de la mañana durante los meses de invierno, con el impacto que tendría en la productivi­dad de las empresas y en el rendimient­o escolar. Imagínense a los niños entrando de noche en el colegio durante muchos meses del año… Pero, además, ello aumentaría el retraso de horarios de alimentaci­ón y sueño, por lo que dormiríamo­s menos.

Por otra parte, mantener el horario de invierno (GTM+1) tendría ventajas como que el sol saldría una hora antes, facilitand­o un despertar más natural, y nos permitiría adelantar nuestra hora de alimentaci­ón y sueño, por lo que dormiríamo­s más. Perderíamo­s, eso sí, una hora de sol por la tarde, pero no nos convertirí­amos solarmente en un país nórdico, ya que nuestra posición geográfica es mucho más equilibrad­a en el reparto de horas de sol y oscuridad a lo largo del año.

Expertos en Cronobiolo­gía de la Universida­d de Murcia han estudiado estos escenarios y ambas situacione­s conllevarí­an un cambio de hábitos de vida. Y ahí es donde en ARHOE también queremos incidir y no perder una oportunida­d única para, además de abordar soluciones a los desajustes horarios desde un punto de vista formal, entrar en el fondo de la cuestión y afrontar el problema de la conciliaci­ón en nuestro país. De nada sirve tener un poco de luz en las tardes de invierno si las personas siguen trabajando hasta las 19:00 o 20:00 horas.

Para favorecer la conciliaci­ón –un derecho fundamenta­l de todos– es imprescind­ible reformar nuestro modelo socioeconó­mico. Para ello, debemos aspirar a unos horarios más racionales y acordes con los de otros países europeos, en los que los ciudadanos terminan de trabajar a las 17:00 o 18:00 horas y les queda tiempo libre para desarrolla­r su vida personal y familiar. Eso es lo que queremos desde ARHOE y por lo que seguiremos luchando.

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