El secreto de la sabiduría
Chus Landáburu había tocado el cielo. En la temporada 79-80 todo parecía salirle a pedir de boca en su primera temporada con el Barça, fue convocado a la Selección española… Pero al siguiente año llegó al Camp Nou un nuevo entrenador que le relegó al banquillo.
La historia se repitió años más tarde en el Atlético de Madrid, solo que en ese tiempo el jugador había aprendido la lección y había madurado. En lugar de enfurruñarse y «reaccionar como un niño», Landáburu se aplicó al máximo, con sesiones dobles de entrenamiento, hasta recuperar la titularidad.
El Papa lo presenta como ejemplo de superación. Y explica, al comentar su caso, que «los fracasos son fuentes de gran sabiduría». «Lamentablemente la imagen que se tiene de los deportistas es solo en el pódium; no se les ve un día tras otros entrenándose, machacándose, queriendo mejorar…», dice el exfutbolista en conversación con Alfa y Omega.
La capacidad de superación ante los reveses de la vida es una de las grandes lecciones que ha transmitido Chus Landáburu a sus hijos y nietos. Miguel Boronat, psiquiatra jubilado, se queda de su padre con su serenidad en el lecho de muerte. En él pudo ver reflejada «la madurez de haber vivido al máximo una vida entregada». A un hombre con la libertad de poder morirse tranquilamente», que sabía que incluso tras la muerte «seguiría siempre a nuestro lado».
Con una prole de 13 hijos, al matrimonio Boronat Martín raramente le cuadraban las cuentas, pero «mi padre mantenía siempre la paz: “Dios proveerá”», decía, afrontando la vida sin miedo «desde su experiencia de fe». En esa confianza en Dios se encontraba, afirma su hijo Miguel, el secreto de «este hombre sabio».