España 17
Que irrumpa con fuerza un partido político que propone soluciones a los problemas sociales a costa de los más débiles», afirma un obispo
del efecto llamada cuando «los datos demuestran hace tiempo de manera contundente que no existe ese efecto». «Es un ejemplo de cómo no es cierto lo que dicen de que su prioridad son las personas, pues no parten de sus necesidades. Su planteamiento de la cuestión es muy distante de los del Evangelio y de los principios y criterios de la Doctrina Social de la Iglesia», añade.
En este sentido, cree que la Iglesia de Andalucía «deberá estar atenta a no dejarse embarcar en esta deriva del miedo tan distante de la fe cristiana, y a no dejar de realizar su misión cercana a los pobres, como piedra de toque de su propia credibilidad».
Hasta el momento, la única voz oficial de la Iglesia que ha hecho un análisis de las elecciones ha sido el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que publica este jueves su carta semanal sobre el tema y que ha adelantado a Alfa y Omega. «Me alegro de que esta sociedad andaluza haya sido capaz de dar un vuelco de este calibre, rompiendo una inercia casi imposible de superar. Andalucía se sitúa como pionera de un cambio social que esperamos en la sociedad española», escribe el prelado cordobés, sin mencionar concretamente a ningún partido.
Sí lanza un mensaje al actual Gobierno andaluz, que es a la vez análisis de las causas del resultado electoral: «No se puede estar contradiciendo la sensibilidad de un pueblo religioso y cristiano, un pueblo que pide respeto para sus tradiciones religiosas y está dispuesto a respetar a los demás. No se puede estar atacando la libertad religiosa impunemente, reclamando la propiedad pública de la mezquitacatedral de Córdoba con argucias que no se sostienen ni por parte de los que las montan. […] No se puede trocear España, sin que eso tenga un precio político. No se puede pretender eliminar el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos, introduciendo leyes de ingeniería social. No se puede eliminar la vida inocente al inicio o al final de la vida, y esperar que encima les voten. Los andaluces son sensibles a todo esto, y han querido decir en las urnas cuál es el futuro que quieren para ellos y para sus hijos».
Fernández hace también un llamamiento a los partidos que han obtenido la confianza de los electores de modo que «sepan gestionar bien el encargo de quienes los han votado» y les pide que huyan de «protagonismo personal o de partido» para apostar por la cultura del encuentro, del pacto y del consenso. «Sea cual sea la alianza, seguiremos recordándoles la necesidad de atender a los más pobres», concluye, al tiempo que cita alguno de estos colectivos más desfavorecidos: parados, jóvenes, no nacidos, ancianos, inmigrantes y familias.