Nuevos puentes con el islam
Tan solo tres meses antes de su muerte en julio, el cardenal JeanLouis Tauran, prefecto del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, protagonizó en abril un viaje destinado a ser histórico: la primera visita de un representante de alto rango del Vaticano a Arabia Saudí; incluida su entrevista con el rey Salman bin Abdulaziz. Cuna del islam y uno de los países con más peso en el mundo musulmán, la monarquía saudí es también criticada por su implicación en la guerra de Yemen y su escaso respeto a los derechos y libertades fundamentales. Hechos como el asesinato del periodista disidente Jamal Ahmad Khashoggi ponen en entredicho las reformas económicas y sociales en las que el país parecía estar embarcándose. En este marco intentó el difunto cardenal dar pasos para que en el futuro se permita la construcción de templos cristianos.
El cardenal Tauran fue en gran medida el artífice –afirmó el Papa Francisco– del establecimiento de «relaciones de confianza y estima» con el islam desde el pontificado de Benedicto XVI. Este acercamiento ha hecho posible gestos como la también histórica beatificación, el 8 de diciembre en Argelia, de 19 mártires asesinados por islamistas entre 1994 y 1996, durante la guerra civil del país. La Iglesia ha vivido este acontecimiento como una ocasión para construir puentes, que se prolongará en las próximas visitas del Papa Francisco a Abu Dhabi (3-5 de febrero) y a Marruecos (30-31 de marzo).
Otro signo de esperanza, la anulación de la condena a muerte por blasfemia de la cristiana Asia Bibi por parte del Supremo de Pakistán el 31 de octubre, se vio oscurecido por la cesión del Gobierno ante los grupos islamistas que tomaron las calles, y que exigían que la mujer no pudiera abandonar el país mientras su caso es revisado una vez más. Rondan los 1.000 los condenados a muerte por este delito en el país, y aunque ninguno ha sido ejecutado, 75 han sido asesinados por turbas radicales.