Pactos Globales, PDE, Año Jubilar Mariano...
El año que termina ha estado marcado en la archidiócesis de Madrid por la culminación del Plan Diocesano de Evangelización (PDE), que ha desembocado en la celebración hasta junio de un Año Jubilar Mariano –coincidiendo con el el 25 aniversario de la consagración de la catedral de la Almudena–, y por la defensa decidida de los Pactos Globales en materia de migrantes y refugiados. El cardenal Osoro convocó en junio a representantes de las tres administraciones para subrayar la dimensión moral de esta cuestión y ofrecerles la colaboración de la Iglesia. Con el Gobierno central aún pendiente de nombramientos, participaron la alcaldesa, Manuela Carmena, y el presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, además de la filósofa Adela Cortina.
No menos importante ha sido la labor que la archidiócesis de Madrid ha realizado en las periferias de la justicia social. Ahí se ha significado claramente a favor de los migrantes y refugiados; de los que pierden sus casas, víctimas de desahucios; de los sin techo; y de aquellas personas que sufren la explotación sexual...
En lo que se refiere al PDE, han pasado tres años de trabajo, con 10.000 personas implicadas. ¿En qué va a cambiar la Iglesia en Madrid tras el PDE? «La diócesis es como un trasatlántico muy grande, que aunque vire un grado su rumbo parece que no se nota pero a la larga sí lo hace –explicaba en estas páginas el responsable de Evangelización–. Para Madrid virar un grado es mucho, y eso hace que a partir de ahora ya no se podrá pensar, impulsar o innovar nada sin esta orientación. Lo que hemos hecho ha sido sembrar, y ese grano dará fruto».