Entreculturas y Bellas Artes cambian la mirada sobre las migraciones
▼ La ONG Entreculturas y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense intentan cambiar la percepción del extranjero con la exposición Miradas que Migran. Los visitantes más jóvenes son los más sensibles
La ONG jesuita Entreculturas y la Universidad Complutense han organizado la tercera edición de la exposición de carteles Miradas que Migran, que busca deshacer prejuicios y estereotipos negativos. Los visitantes más sensibles, constatan, han sido los jóvenes.
Omar aún recuerda el rechazo que sufría de pequeño por su origen extranjero: «No llevaba muy bien las miradas que recibía mi madre por llevar velo o por hablarme en árabe y eso me generaba mucha rabia». Sin embargo, a sus escasos 15 años, este adolescente madrileño de padres marroquíes ha conseguido convertir el dolor en una fuente de esperanza: «La rabia que tuve puede ayudarme a conseguir mis logros en el futuro si consigo orientarla hacia un cambio a mejor».
En ese empeño por sanar sus heridas, Omar visitó en diciembre junto a sus compañeros de instituto la tercera edición de Miradas que Migran, una exposición coordinada por el equipo educativo de la ONG Entreculturas y la Universidad Complutense. Durante la semana que la exhibición abrió sus puertas en la Casa San Ignacio (un centro social de la Compañía de Jesús), sus visitantes pudieron «trabajar metáforas visuales para crear una sociedad de acogida entre todos», explica Juanita Bagés Villaneda, docente de la Facultad de Bellas Artes y una de las responsables de la muestra.
Para lograr su objetivo, los autores de la exposición (alumnos todos ellos de la Universidad Complutense) han seguido un proceso artístico junto a Entreculturas. «Al inicio del proyecto tuvimos una serie de sesiones de reflexión conjunta sobre la movilidad forzosa en el mundo que le sirvió al alumnado para realizar diferentes creaciones artísticas como vídeos o carteles sobre la temática», explica Clara Maeztu, educadora de la ONG.
A través de las obras que componen la exposición, Omar y el resto de alumnos del Centro de Formación Padre Piquer (dependiente de la Compañía de Jesús) han tomado conciencia de las dificultades que sufren las personas de origen migrante. Un tema del que oyen hablar mucho pero sobre el que admiten no estar lo suficientemente concienciados. «Corremos el riesgo de pensar que, como ya lo sabemos, no vamos a prestarle atención», comenta Manuela, compañera de instituto de Omar.
De ascendencia dominicana, Manuela aspira a ser diseñadora de interiores. Una inquietud que le ha llevado a analizar con mayor detenimiento las imágenes de la exposición. «Estos carteles han conseguido emocionarnos y que seamos más conscientes de lo que está sucediendo», asegura. Sabe de sobra de lo que habla porque, al igual que Omar, también ella sufrió discriminación de niña por el color de su piel. «Cuando yo era pequeña,