«La unidad es un proceso, no algo ya alcanzado»
En el recién acabado 2018, tanto la Iglesia católica como la ortodoxia han vivido crisis y divisiones serias. ¿Se está convirtiendo el ecumenismo intraeclesial en más importante que el tradicional?
Eso es cierto. Pero la unidad que Cristo nos llama a vivir nunca ha sido una realidad. Siempre, siempre, es algo que hay que buscar, un proceso, y no algo que hemos alcanzado. Incluso dentro de una misma Iglesia… Pero también vivimos un período muy bonito de crecimiento, de abandonar cosas de ayer. Tenemos que distinguir con más claridad entre la tradición real de la Iglesia y las costumbres y hábitos que tenemos que estar dispuestos a perder. Necesitamos nuevas formas, incluso nuevas estructuras para poder vivir y aceptar esta gran diversidad y unirnos siempre más. Porque es Cristo quien nos une, no un plan que realizamos nosotros. Y por eso estoy convencido de que rezar juntos es cada vez más importante.
Cuando habla de necesidad de cambios, ¿se refiere a todas las Iglesias? ¿Se enfrentan a desafíos comunes?
Creo que sí. Pero también hay diferencias. En las Iglesias ortodoxas están buscando con mucho interés cómo transmitir la fe a las nuevas generaciones que no conocen o entran con facilidad en sus hermosas tradiciones. Algunas de las iglesias protestantes se preguntan mucho, en cambio, cómo pueden mantener en la vida de la Iglesia y en la liturgia el sentido y el lugar del Misterio, para que la fe no se convierta solo en algo racional. Existen distintos desafíos.
Parecen también oportunidades de complementarse y ayudarse.
Así es. Creo que para estos cambios nos necesitamos. Lo que está viviendo ahora la Iglesia católica al descubrir la diversidad y la dificultad de mantener tantas diversidades unidas es algo que ya ha ocurrido en varios períodos de la Historia de la Iglesia, y podemos aprender de ellos.