«EE. UU. usó a los kurdos y ahora los abandona»
La Iglesia en Siria recibió con cautela la noticia de la retirada de las tropas estadounidenses, anunciada el 19 de diciembre por Donald Trump y cuyos primeros pasos se están dando ya. «Siempre nos alegramos cuando las fuerzas y grupos armados extranjeros se retiran, liberando el campo y dejando a los sirios la responsabilidad y la libertad de afrontar y resolver sus propios problemas», dijo a la agencia Fides monseñor Georges Abou Khazem, OFM, vicario apostólico de Alepo para los católicos de rito latino.
Para el obispo caldeo de Alepo, monseñor Antoine Audo, la decisión de Estados Unidos «es una confirmación más de que Siria, aunque de forma lenta y fatigosa, se encamina hacia el final del conflicto». Esa es «la impresión general que se respira en el país». Con la ayuda de Rusia e Irán, el Gobierno de Al Asad (al que mayoritariamente apoyan los cristianos) tiene el camino despejado para acabar con los últimos focos rebeldes apoyados por Arabia Saudí. La decisión del presidente Trump beneficia también a Turquía, que ha invadido el norte de Sira. «¿Qué les pasará ahora a los kurdos? ¿Con qué pretensiones avanzará Turquía contra ellos? –se pregunta monseñor Khazem–. Estados Unidos está abandonando a los kurdos después de haberlos utilizado [para luchar contra el Daesh]».
Khazen se muestra también escéptico respecto a la ley norteamericana que califica de «genocidio» la persecución yihadista a las minorías cristianas y yazidíes en Siria e Irak y se compromete a perseguir a sus responsables y a ayudar económicamente a estos grupos. Irak y Siria –responde el obispo– «podrían ser ricos. No necesitamos el dinero de los demás. Necesitamos paz. Pedimos que no se fomente la guerra, y con la paz podrán mejorar las condiciones también económicas de todo el pueblo, incluidos los cristianos».