Mundo 15
Formar a los formadores
La hermana Orozco ha sido una de las protagonistas de la puesta en marcha en México de una catequesis indígena y campesina coordinada a nivel nacional. La base de este sistema es la formación continua, con cursos anuales de tres o cuatro semanas para los responsables, que luego transmiten lo aprendido a catequistas de su zona.
Hace unas semanas, la salesiana y una treintena de colaboradores participaron en Roma en el II Congreso Internacional de Catequistas. Entre ellos, además de Salvador y Goyo, estaba Conchito. Su mayor inspiración –explicó a Alfa y Omega– es la Virgen de Guadalupe. «Ella llegó a México y a los mexicanos a través de la simbología de su imagen, que nos ayudó mucho a comprender la fe». La mujer de la tilma, de rasgos mestizos, representa una providencial combinación de elementos cristianos y aztecas. Lleva, por ejemplo, el atuendo tradicional de las embarazadas indígenas. Y la media luna negra a sus pies es un ideograma de la divinidad más importante, Quetzálcoatl, que aparece sometida a la Madre de Dios.