«Hasta el personal pasaba necesidad»
Escabiosis (sarna) y desnutrición en los niños; enfermedades respiratorias y gastrointestinales que necesitan antibióticos; diabetes, hipertensión… enfermedades sufridas por personas que no pueden permitirse ir al médico o pagar unos análisis, ni tienen forma de comprar medicamentos. Son los casos que más llegan al consultorio San Judas Tadeo, en La Pastora (Caracas). Lo pusieron en marcha hace 45 años los Agustinos Recoletos, y ahora entre su personal hay varios miembros de la fraternidad seglar de esta congregación.
Entrar en ARCORES les ha permitido renovar el equipo de laboratorio (ahora hacen 40 analíticas diarias en vez de 15, y a un coste mucho menor) e instalar un ecógrafo y un electrocardiógrafo. Tener una aportación económica asegurada les permite, por otro lado, adquirir de una vez más material. «El de odontología está tan caro que nos había obligado a reducir el servicio. Comprando con tiempo, evitamos que la inflación se coma nuestros recursos», explica Mariam Morales, enfermera y responsable del centro.
Otro paso importante es poder ofrecer un salario a los profesionales, que antes trabajaban de forma voluntaria. «La caridad empieza en casa, y el mismo personal estaba pasando dificultades para comprar lo básico», explica Morales.