Dialogar siempre
Dialogar con los diferentes, dialogar con los iguales, dialogar con todos, desde la fidelidad vocacional a las más hondas convicciones y valores.
Las hermanas Caridad Álvarez y Esther Paniagua, agustinas misioneras, mártires en Argelia el 23 de octubre de 1994, han sido recientemente beatificadas con un grupo total de 19 religiosos. Ambas vivieron en Argelia largos años.
A Esther, enfermera, desde su llegada al país, el contacto con el mundo árabe la cautiva y aumenta su creciente sensibilidad hacia su cultura y su religión, pero sobre todo hacia sus gentes. Para ahondar más en el conocimiento de ese pueblo, de 1981 a 1983 estudia el árabe en Roma. De regreso al país se dedica de lleno a servir desde la práctica de la enfermería al pueblo que amaban.
Volviendo del trabajo a casa, en tiempo de crisis, un niño le dijo en árabe: «¿Por qué no te vuelves a tu país?». Al no contestarle, el niño volvió a preguntarle: «¿Me has entendido?». Ella le contestó: «Sí. Argelia es mi país». A lo que el niño replicó con un «Ah».
Entre las razones que las hermanas expresan para continuar la misión a pesar de la crisis, señalan: «Fidelidad a este pueblo que me formó. He crecido a su lado en la fe, en la vivencia de la misión, en la disponibilidad y gratuidad. Hemos vivido fraternalmente hombres y mujeres de diferentes culturas y religiones». La fuerza de la fraternidad universal, el poder del diálogo y la opción por servir y amar a Dios en ese pueblo, las condujeron a la plenitud de una vida humana: vivir y morir por amor.