Mensajeros crea un Hogar de Oportunidades
Ilyas, Leo, Herculano, Aitor y Adams ya no tienen que preocuparse por dormir en la calle. Desde esta semana comparten un Hogar de Oportunidades de Mensajeros de la Paz en el que Ilyas, un menor marroquí, está «viviendo una segunda vida». La iniciativa es la primera de este estilo de la fundación, que recientemente ha adoptado la metodología Housing First, centrada en garantizar el hogar como primer paso para la reinserción, y que Mensajeros aplicará con otras cuatro viviendas que le han cedido el Ayuntamiento y la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS).
El piso, cercano a la iglesia de San Antón, «es un lugar en el que vamos a abordar cambios sociales y personales», explica Leo, residente de origen cubano. Para conseguirlo, está recuperando los hábitos de higiene e intenta mezclarse con sus vecinos. «Así creamos un vínculo», opina.
Además, durante su estancia en este hogar, sus residentes se forman en el oficio de su preferencia. «Queremos que se conviertan en lo que sueñan para que puedan aceptarse como son», explica Álvaro, un religioso que convive con ellos y se encarga de acompañarlos en su proceso. «Los acompañantes nos ayudan a no olvidar cómo ser personas», sentencia Aitor, otro de los usuarios del proyecto.
Según explica el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, la apuesta es «que los albergues masivos se conviertan en hogares». Estas viviendas «no son bonitas por sus muebles –añade– sino por el ambiente de familia que se genera en ellas».