«Mi hija está más viva que nosotros»
Yolanda del Real, madre de Belén Langdon: ▼ «Me despedí de Belén en el oratorio del colegio y volví a verla ya en el hospital», pocas horas antes de morir, dice Yolanda del Real de su hija Belén Langdon, fallecida a raíz de la tragedia del Madrid Arena en
¿Es? Hablas de Belén en presente…
Sí, porque está más viva que nosotros, en la verdadera vida.
¿Qué recuerdas de aquellos días?
Iba a ver a mi marido, que trabajaba en Brasil y hacía mucho tiempo que no estaba en casa. Aquello sucedió al día siguiente de mi llegada, y nos cogimos un vuelo corriendo para volver. Recuerdo pasar mucho tiempo en la capilla del aeropuerto en Brasil, rezando y llorando. Esas horas fueron horribles.
Al llegar pudisteis pasar algún tiempo con Belén en el hospital...
Sí, ella estaba conectada al respirador, pero nos dijeron que no iba a salir. Nos despedimos de ella dándonos todos las manos junto a las de ella, y rezamos juntos un padrenuestro. Un hijo mío dio la extremaunción a su hermana, con mucha serenidad. Dios estaba ahí, notamos su presencia muy muy fuerte. Luego todos salieron y yo me quedé con ella un momento, pero me dijeron que tenía que irme ya. Despedirme de ella fue un shock.
¿Cómo fue la vuelta a casa?
Tremenda. Estábamos muy enteros, aunque luego a solas yo me rompí. Pensaba: «Me meto en la cama y no salgo». Fue una primera reacción que supongo es muy humana.
¿Cómo saliste de ahí?
Enseguida me vino a la mente la imagen de la Piedad, la Virgen con Cristo muerto en sus brazos, y entonces compartí todo ese dolor de la Virgen. No sé si hay un dolor semejante.
Entendí también que ese dolor podía ser útil y valioso, si lo ofrecía y lo unía a su dolor y al de Cristo en la Cruz. Por eso quiero dar mi testimonio, porque ha sido mucho sufrimiento y quiero que dé mucho fruto.
¿En qué sentido?
Ayudando a quienes puedan estar atravesando una situación parecida. Como a mí misma me ayudó en su día el testimonio de la madre de Alexia, cuando estaba embarazada precisamente de Belén. Se me quedaron grabadas varias cosas que cuando me tocó a mí pude poner en práctica: no desesperarme, no dejarme llevar por la apatía ni por el rencor, y convertir el sufrimiento en algo bueno, que dé frutos más allá de los horizontes humanos.
Es muy fuerte hablar de frutos tras la muerte de un hijo. ¿Cómo te ha ido podando y afinando Dios?
Yo noté la gracia porque Dios se vuelca especialmente con los que sufren. Aprendí también a relativizar y a centrarme en lo importante, a ser más tolerante y menos crítica. Mi familia se unió más todavía de lo que ya estaba. Y más comprensión hacia la gente que sufre, porque sabes bien el dolor que puede estar pasando alguien. Pienso en el niño Julen, que se cayó en un pozo, y comprendo totalmente la angustia de sus padres, estoy rezando muchísimo por ellos.
¿Por qué has accedido a ofrecer ahora tu testimonio?
Yo quiero ayudar a la gente a ver lo maravilloso que es tener fe. Me he encontrado con personas y familias con no mucha práctica religiosa, y yo pensaba que así no se puede aguantar. Quiero dar un testimonio de fe que dé frutos de conversión. ¿Por qué una familia se mantiene fuerte y serena en medio de un dolor tan grande? Porque hay Alguien que les da la gracia y la fuerza, que está detrás de nosotros y con nosotros.
¿Cómo la habéis vivido en casa desde el principio de vuestra familia?
Desde pequeñitos les hemos iniciado en la relación con Dios, como con un Padre. Rezamos juntos por la noche, la bendición de las comidas, el ángelus… Desde pequeños lo ven como algo natural. Es una siembra poquito a poco, no invasiva sino natural. Eso va calando.
Tras el juicio a los responsables del Madrid Arena, ¿cuál es tu actitud y la de tu familia hacia ellos?
Nuestra actitud es de perdón. No tenemos ningún tipo de rencor.