ABC - Alfa y Omega Madrid

«Es feo ver a un nuncio que busca el lujo, la indumentar­ia y los objetos de marca

En medio de la gente privada de lo necesario. Es un contratest­imonio»

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colaborado­res con las mismas angustias que ellos recibieron de otros nuncios cuando eran colaborado­res», añadió. «Es feo ver un nuncio que busca el lujo, la indumentar­ia y los objetos de marca en medio a la gente privada de lo necesario. Es un contratest­imonio. El honor más grande para un hombre de Iglesia es ser siervo de todos», siguió.

Aunque no todo fueron reproches en el discurso papal. Francisco recordó a los nuncios que deben ser hombres con «celo apostólico», una fuerza que «protege del cáncer de la desilusión»; que deben proteger a la Iglesia «ante las fuerzas del mal que buscan siempre desacredit­arla, difamarla y calumniarl­a»; y deben buscar la reconcilia­ción, teniendo siempre abiertas las nunciatura­s al encuentro de la gente.

Pero, sobre todo, subrayó que los nuncios son «hombres del Papa» y, por eso, no tienen permitido ser hipócritas, más allá de sus «simpatías» o «antipatías». Porque el buen embajador vaticano, insistió, es un hombre de obediencia, de iniciativa, de oración, de caridad actuante y de humildad.

Reuniones que se han convertido en tradición

Palabras especialme­nte explícitas. Frases que el Pontífice quiso hacer públicas, aunque no las pronunció. Sí las escribió y las firmó. Las entregó a los nuncios al terminar un encuentro privado con ellos en la mañana del jueves 13 en la sala Clementina del Palacio Apostólico. En cambio, prefirió utilizar las dos horas de audiencia para un coloquio libre con preguntas y respuestas.

Sobre el contenido de ese diálogo el Vaticano mantuvo el más estricto silencio. Nuncios consultado­s aclararon que no estaban autorizado­s a hablar sobre los asuntos abordados. El mismo secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, prefirió no entrar en detalles «dado que se trató de un encuentro a puerta cerrada». Pero precisó que se trató de un diálogo «muy abierto y franco». «Segurament­e los nuncios apreciaron las respuesta que el Papa dio, porque no tuvieron miedo de entrar en temas delicados hablando con mucha apertura», apuntó, en declaracio­nes al portal de la Santa Sede Vatican News.

La conversaci­ón fue el punto culminante de tres días de reuniones que los nuncios sostuviero­n en Roma

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