Las lágrimas de Reagan
El libro El presidente, el Papa y la primera ministra, de John O’Sullivan, es una obra de referencia para conocer y entender los entresijos estratégicos que precedieron a la caída del Muro de Berlín. Pero también trae a colación anécdotas insólitas: en junio de 1979, durante el viaje de Juan Pablo II a Polonia, Ronald Reagan, precandidato republicano a los comicios presidenciales del siguiente año, estaba reunido con varios asesores cuando uno de ellos le interrumpió, invitándole a situarse delante de la pequeña pantalla. «El futuro presidente estaba fascinado ante las escenas que veía por televisión. Las observaba fijamente, sin hablar. Y mientras lo hacía, los ojos se le llenaban de lágrimas. Allen [asesor diplomático de Reagan y católico practicante] se marchó de la reunión convencido de que Reagan, igual que él, había visto la visita papal como una primera y enorme grieta en la imponente fachada del poder soviético», asegura el autor.