El arte de tocar las campanas de forma manual
«Es un auténtico lenguaje sonoro que nuestros antepasados han usado para comunicarse durante siglos», afirma Bárbara Cordero, una de las impulsoras de la campaña para que el toque manual de campanas sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
de la despoblación. Se están perdiendo muchos oficios, y es una pena que se pierda el de campanero», añade Cordero. «El toque manual de campanas es mucho más que un señor tirando de una cuerda. Es un auténtico lenguaje sonoro que nuestros antepasados han usado En el pueblo valenciano de Albaida, los para comunicarse durante siglos, muvecinos llevan oyendo tocar las camcho antes de que se inventara Whatspanas de forma manual desde hace ya App», afirma Bárbara Cordero, directo800 años, «de manera ininterrumpida ra de la asociación Hispania Nostra, que y diaria, incluso durante la guerra cijunto a la Asociación de Campaneros de vil», explica el coordinador de la asoAlbaida ha organizado una campaña ciación local de campaneros, Antonio para que el toque manual de campanas Berenguer. sea declarado por la UNESCO PatrimoEn un tiempo en el que muchas iglenio Inmaterial de la Humanidad. sias han sustituido los toques tradicio
La idea surgió cuando se declaro al nales por los sonidos de un altavoz, este año 2018 como Año Europeo de Patrienamorado de las campanas afirma que monio Cultural. «Se nos ocurrió que se«los toques eléctricos nunca podrán rería bonito proteger esta tradición para producir toda la riqueza de los toques que no se pierda, sobre todo ahora que manuales». «El sonido de la campana se habla tanto de la España vaciada y tiene matices distintos en cada zona y
La voz de Dios y del pueblo
en cada región, e incluso un mismo toque puede significar cosas distintas en uno u otro lugar», explica.
«Las campanas son la voz de Dios y la voz del pueblo, y cuentan todo lo que pasa en las casas y en las calles, todo lo que causa alegría o pena. Son una explosión de emociones, y eso es imposible que lo pueda transmitir una máquina», añade Berenguer.
Así, con las campanas se pueden comunicar multitud de circunstancias: además de los más conocidos toques a Misa y al ángelus, también pueden llamar a rezar por un vecino que está agonizando, por algún parto que se presenta complicado, o a difunto –según sea mujer, hombre, niño, sacerdote u obispo–; también hay toques a fuego, a tentenube para espantar la tormenta, a perdido en la niebla –en el que el sonido de la campana guía a los extraviados para poder volver al pueblo en la niebla–… «Al normalizar la automatización de las campanas hemos perdido mucho, pero aún queda mucha riqueza que hay que mantener», asegura Berenguer.
La asociación Hispania Nostra promueve que el toque manual de campanas sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO
Sin fake
En esta labor de difusión del oficio de campanero lleva toda su vida Antonio José Ballestero, coordinador de la Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos. «Empecé a tocar con 4 años y ahora tengo 35», afirma.
Desde su asociación organizan encuentros de campaneros y conciertos de campanas –cerca de 100 cada año– por la provincia de Zamora y toda la Tierra de Campos, y enseñan a los más jóvenes a tocar y repicar gracias a un campanario portátil que llevan de pueblo en pueblo. «Esto se iba perdiendo, pero ya tenemos a 30 niños y niñas aprendiendo, y damos clases en colegios e institutos».
A esta nueve generación de campaneros pertenece Álex Galbis, de Agullent, un pueblo cerca de Albaida, que lleva tocando desde los 9 años. «Toda la vida me han llamado la atención las campanas. Mirar los campanarios era mi obsesión, hasta que un día mi madre me llevó a Albaida para aprender. Las campanas nos atraen pero no sé decirte por qué. Eso no lo sabe ningún campanero», defiende.
En la conversación se cuelan términos como repique o volteo, y explica también cómo las campanas están afinadas y cada una tiene su lugar en la escala musical. Y de miedo al subir al campanario, nada: «Solo tienes que tener respeto a la campana. Ella tiene su espacio y tú no lo puedes invadir».
«En Albaida la gente siempre ha vivido a toque de campana, y si tocamos algo extraordinario enseguida se pregunta por qué y lo aprenden», comenta Berenguer, al tiempo que explica que las campanas «siguen siendo la red social de los pueblos». «Y sin fake news, porque las campanas siempre dicen la verdad», bromea.