Los bienes del monasterio de Sijena pertenecen a Aragón
El Tribunal Supremo ha desestimado los recursos interpuestos desde Cataluña contra la sentencia de la Audiencia de Huesca que declaró nulas las ventas de 97 piezas del tesoro artístico del monasterio de Sijena a la Generalitat y al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).
En su sentencia, los magistrados del Supremo reconocen la «especial complejidad» del litigio, pero consideran probado que los bienes formaban parte indivisible del tesoro del monasterio altoaragonés desde la fecha en que fue declarado monumento nacional, en 1923.
De esta forma, el Supremo considera que los contratos de venta de las piezas eran «ineficaces» a nivel legal. La sentencia también reconoce la ineficacia del contrato ya que el titular de las piezas, la Real Orden del Monasterio de San Juan de Jerusalén, es una persona jurídica «diferente e independiente» de la Real Orden del Monasterio de San Juan de Jerusalén de Valldoreix (Barcelona), entidad que se formó cuando las monjas de Sijena se trasladaron a Cataluña.
Según los magistrados, ambas órdenes, de acuerdo con el Registro de Entidades Religiosas del Estado español, tienen una personalidad jurídica distinta e independiente, por lo que la priora de Valldoreix no tenía la potestad de llevar a cabo la venta las piezas. El Alto Tribunal rechaza así la documentación aportada por la Generalitat, el MNAC y el Museo de Lérida –donde estaban depositadas las piezas–, y asegura que no se trata de una documentación «formal y fehaciente» de carácter canónico que demuestre la fusión de ambas órdenes religiosas en una sola.
Otro de los procesos judiciales en marcha en Aragón es el que inició el Obispado de Barbastro para reclamar la devolución de los bienes de las parroquias –conocidos como bienes de la Franja– que hace 25 años se integraron en la diócesis maña procedentes de Lérida.
Precisamente, el pasado viernes el presidente de Aragón , Javier Lambán, y el obipo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, mantuvieron una reunión con el fin de establecer criterios de implicación y actuación conjunta respecto al retorno de los bienes. Actualmente se encuentran en el Museo de Lérida y, según una sentencia judicial, en el plazo de un mes deben ser depositados en el Museo Diocesano de Barbastro.
Se trata de «un asunto de dignidad y justicia con el pueblo aragonés que trasciende lo artístico e, incluso, lo religioso», en palabras del prelado.