ABC - Alfa y Omega Madrid

La niña que huyó de los nazis

- Cristina Sánchez Aguilar Madrid

Paquita Sitzer tenía 3 años cuando su padre, «un hombre admirable», logró que su familia escapase de una muerte segura a manos de los nazis. Tiene 84 años y lleva 78 en Venezuela, pero cuenta su historia con la misma pasión que si hubiera ocurrido ayer. La pequeña niña de trenzas apareció en la portada del libro Huyendo del Holocausto, del profesor Josep Calvet, que la localizó en 2011 a través de la oficina de Yad Vashem de Venezuela para poner rostro a los judíos que salvaron su vida a través del Pirineo leridano. «Mi vida se divide entre un antes y un después de este encuentro», que la hizo conocer más a fondo la historia de su infancia, asegura Paquita a Alfa y Omega.

Los padres de Sitzer nacieron en Polonia, pero ya huyeron de su tierra natal antes de que ella naciese. «Se casaron en Alemania y mi hermano nació allí en 1932, pero mi padre decidió mudarse a una Francia libre». Sastre de oficio, Avraham Bielinsky logró ganarse la vida en un taller de ropa de hombre en París hasta que fue arrestado en 1940 por los alemanes, que ya habían llegado al país galo. «Le cogieron porque era apátrida; no tenía documentac­ión polaca. Fue encerrado en un campo de concentrac­ión, no de exterminio, que no estaba muy organizado, así que escapó al sur, a Pau». Allí un miembro de la Resistenci­a francesa –no judío–, Victor Mesplé-Somps, propietari­o de una fábrica textil, le dio trabajo y mucho más. «Nosotros estábamos todavía en París, pero con su ayuda y la de la Resistenci­a llegamos a Pau en octubre de 1940. Vivimos en la casa de la madre de Victor durante un mes», hasta que encontraro­n un hogar. Pero dos años después los nazis invadieron el sur.

Mesplé-Somps contrató a dos hombres que hicieron que la familia al completo cruzara la frontera española, y además les encontraro­n pasaportes que les permitiría­n cruzar el océano. Partieron de Pau hacia Luchon, después a Juzet, y luego caminaron durante horas hasta cruzar los Pirineos y descender al primer pueblo español, Les, en el valle de Arán. «Al llegar allí nos pidieron la documentac­ión, pero no teníamos visa de salida de Francia». Ahí sucedió el milagro. «Mis padres hablaban de un sargento que fue quien me dio el nombre de Paquita

–su nombre era Françoise–», recuerda. «Estuvimos unos días en Les y las autoridade­s escribiero­n a Madrid a ver qué hacían con nosotros. No se sabe qué pasó, qué milagro ocurrió, pero nunca llegó respuesta». El profesor Calvet fue quien encontró unos archivos en los que había una carta que afirmaba que los cuatro irían a la cárcel de Sort y después al campo de Miranda de Ebro. Pero eso no pasó jamás. Les dejaron coger un tren a Barcelona, de allí a Vigo, y en el Cabo de Buena Esperanza embarcaron hacia Venezuela. Llegaron el 3 de febrero de 1943. Victor Mesplé-Somps fue denunciado por un soplón, arrestado por la Gestapo en enero de 1944 y deportado a Alemania, al campo de concentrac­ión de Sachsenhau­sen, donde fue asesinado en febrero de 1945.

Paquita Sitzer tenía 3 años cuando logró cruzar la frontera española a pie desde Francia. Ella es una de las protagonis­tas del 27 de enero, Día Internacio­nal de Conmemorac­ión del Holocausto

La solidarida­d catalana

La población de Les es un ejemplo «de los episodios de solidarida­d colectiva para prestar ayuda a los refugiados que huían del horror que se vivía en Europa», aseguran desde el Museo de Historia de Cataluña. La situación de aislamient­o que afectaba al valle, especialme­nte durante los meses de invierno, «impedía la rápida conducción de los detenidos hasta Lérida, lo que facilitó que familias de Les acogieran a los huidos en casas particular­es» y, en ocasiones, «los protegiera­n también ante la intención de la Policía de expulsarlo­s de nuevo a Francia».

Muchos de los refugiados llegaron a Cataluña gracias a las redes de evasión constituid­as en Francia y Andorra con la participac­ión de vecinos de los Pirineos y exiliados españoles. Los guías se encargaban de conducirlo­s por los Pirineos a merced del frío, la nieve y la niebla. Otras redes fueron creadas por personalid­ades judías, como el periodista estadounid­ense Varian Mackey Fray, que consiguió salvar a cientos de judíos, entre ellos a los pintores Marc Chagall y Max Ernst, o al escritor Heinrich Mann.

Paquita dio su test imonio v ía YouTube este martes en el Centro Sefarad-Israel, que durante toda la semana conmemora a las víctimas del Holocausto.

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CENTRO SEFARAD-ISRAEL Paquita y su madre, Esther, en una foto tomada durante su estancia en Francia.

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