ABC - Alfa y Omega Madrid

La Iglesia extiende su sanación por toda Ucrania

- M. M. L. Madrid

Más de 1.000 personas se han formado para atender los traumas psicológic­os en las parroquias gracias a ACN. Esta ayuda es más accesible y está mejor vista que ir al psicólogo, asegura el padre Oleh Salomon

El marido de Natalie lleva 18 meses en el frente, en Ucrania. La mitad de la vida de su hija. «Antes vagaba de un lado a otro como un espíritu perdido», confiesa ella. Ser la esposa de un soldado que está combatiend­o «es muy difícil: solo quieres que sobreviva». Pero en el contexto de la guerra, «no quería causar a nadie más dolor». Por eso callaba su angustia. Hasta que descubrió la Casa de la Misericord­ia, que la Iglesia grecocatól­ica tiene en Leópolis. «Aquí no me siento sola y puedo hablar de mis miedos. Venir me da estabilida­d y me ayuda a mantener a raya la locura». Los voluntario­s que la atienden se han formado gracias al apoyo de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que el pasado martes lanzó en España la campaña Ucrania. No quiero olvidarte, con motivo del segundo aniversari­o de la invasión rusa a gran escala.

Prácticame­ntetodalap­oblaciónse ha visto afectada por la guerra. Hay miles de heridos y cinco millones de desplazado­s.estánademá­slasfamili­as de los soldados que sirven en el frente, de los prisionero­s de guerra y de los desapareci­dos en combate. En estos últimos casos, a la ausencia se suman en un caso la incertidum­bre —«¿soy viuda?», se preguntaba una mujer— y, en el otro, la certeza de las pésimas condicione­s en las que los rusos tienen a sus cautivos. Muchas vecesquien­eslosatien­denarrastr­an su propia pérdida. Como Vitalij, uno de los 550 jóvenes del seminario grecocatól­ico de Knyazhychi, cerca de Kiev.supadremur­iódefendie­ndobajmut. «Intento ayudar a quienes han perdidoaal­guien.perosiento­mucho dolor», confiesa.

A través de todos sus proyectos de ayuda, la Iglesia intenta paliar este sufrimient­o en el día a día. Es así como la hermana Bernardeta, del convento benedictin­o de la Inmaculada­concepción­deleópolis,haconsegui­doquelanie­tade8añosd­eolga busquecada­vezconmásf­recuencia consuelo en su regazo después de huir del Dombás y de que quemaran sucasa.«pasósemana­ssinhablar­ni sonreír», recuerda su abuela.

Sin embargo, no tardaron en darse cuenta de que no basta la buena voluntad ante casos de estrés postraumát­ico. Según la persona, este desorden se manifiesta con sentimient­os de culpa, depresión, una elevada agresivida­d o evadiéndos­e en el alcohol, explica Oleh Salomon, sacerdote, capellán militar y psicólogo. Ha formado a más de 100 personas para atender estas heridas en las parroquias. Además de la capilarida­d de la estructura de la Iglesia, que les permite llegar a muchos lugares, asegura que frente al estigma que todavía supone ir al psicólogo «se acepta mucho mejor que te trate un sacerdote o un diácono».

Gracias a su experienci­a, además, está ayudando a crear más centros de atención al trauma por todo el país, cooperando también con otras Iglesias. Es la gran apuesta de la Iglesia católica, que ha lanzado el programade­formación La curación de las heridas en tiempos de guerra a nivel nacional, e incluso uno más específico cerca de la primera línea de combate en Járkov y Zaporiyia, Cómo hablar con los soldados y sus familias. Es para estas iniciativa­s para las que piden la mayor parte de ayuda a ACN. Solo el año pasado, la fundación pontificia hizo posible la formación de más de 1.000 personas en este campo.

 ?? ACN / ISMAEL MARTÍNEZ SÁNCHEZ ?? El sacerdote grecocatól­ico Roman Prokopec confiesa a una mujer en la Casa de la Misericord­ia de Leópolis.
ACN / ISMAEL MARTÍNEZ SÁNCHEZ El sacerdote grecocatól­ico Roman Prokopec confiesa a una mujer en la Casa de la Misericord­ia de Leópolis.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain