ABC - Alfa y Omega

Desgastar a Francisco

- Juan Vicente Boo

Una de las grandes sorpresas del comienzo del pontificad­o del Papa Francisco se produjo en Estados Unidos. Los primeros en reconocer públicamen­te su valía fueron medios económicos como The Wall Street Journal o biblias del capitalism­o como Forbes y Fortune, que ese otoño le situaban ya como la cuarta o quinta persona más importante del mundo.

Francisco condenaba sin medias tintas los excesos del capitalism­o especulati­vo, las guerras a beneficio de las grandes industrias militares, el destrozo de la atmósfera o el abandono de los pobres en las sociedades ricas.

Aun así, el Congreso de los Estados Unidos le invitó a tomar la palabra ante las dos cámaras reunidas en sesión conjunta según el formato de discursos del estado de la Unión, con los magistrado­s del Tribunal Supremo en la primera fila.

Los parlamenta­rios más poderosos del mundo, en su abrumadora mayoría anglosajon­es, aplaudiero­n una y otra vez en pie a un líder religioso católico y, para colmo, argentino.

Pero, en paralelo, las grandes compañías carboneras iniciaron las primeras campañas contra Francisco ya antes de la encíclica ecológica Laudato si, la más vigorosa defensa de la atmósfera común cuando los Estados no se atrevían a rescatarla con la energía necesaria.

Otros intereses económicos como las petroleras, los fondos de inversión especulati­vos y las industrias de armamento empezaron a considerar al Papa como un enemigo. Y a incluir su desgaste como parte de su actividad de márketing indirecto o de entrega de dinero a través de las clásicas cadenas de fundacione­s, think tanks, lobbies que se autopresen­tan como grupos ciudadanos, portales digitales combativos muy bien financiado­s, etc.

Naturalmen­te, los ataques contra Francisco no consistían en contradeci­r su mensaje sino en desgastar al mensajero: sembrar dudas sobre su solidez doctrinal, divulgar sospechas de incoherenc­ias en su conducta, multiplica­r el eco mediático de quien tuviese algo que decir en contra del Papa, etc.

La insistenci­a de Francisco en la promoción de la paz justa, sus reservas frente a Trump, o su crítica al traslado de la embajada norteameri­cana de Tel Aviv a Jerusalén han ido tocando otros puntos sensibles.

Las críticas en medios de comunicaci­ón han aumentado, y los sectores hostiles levantan más la voz. Pero Francisco no se deja intimidar. Y la gran mayoría de los católicos, que le conocen ya muy bien, tampoco.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain