El relevo viene... y pisando fuerte
Sofía (13 años) es monaguilla desde que hizo la Comunión. «Al sacerdote le facilita mucho que estemos ahí, es todo más ágil», opina. A pesar de su edad, ella y sus compañeros ya van asumiendo responsabilidades: «Nos organizamos los horarios nosotros mismos por WhatsApp. Y el otro día hicimos, junto con Javi, el diácono, una formación para los monaguillos nuevos».
La agenda parroquial de Raquel (15 años) incluye ser monaguilla, los grupos Teen para adolescentes, el taller de robótica y el coro. Aun así, le quedan ganas para empezar a participar en la liturgia, por ejemplo como lectora, en cuanto se confirme. Otra parroquiana casi a tiempo completo es Vicky (22 años). Lleva desde los 17 de catequista, y este año ha entrado en Cáritas. «Quería hacer algo un poco más social, más adulto. Y estoy muy contenta», comparte.
Raquel y Vicky son conscientes de que mucha gente de su edad critica a la Iglesia por machista. «Lo entiendo, durante muchos años ha dado esa imagen de no evolucionar –dice la segunda–. Por eso las mujeres jóvenes tenemos un papel muy importante de decir sin reparos: “Soy católica, estoy en la Iglesia y nunca he sentido que me hicieran de menos”». A lo que Raquel añade: «La forma de que la Iglesia avance es participar. Yo puedo luchar por que la Iglesia tenga más en cuenta a las mujeres».