La verdad, sin paños calientes
Muy consciente de que la falta de una respuesta adecuada a los casos de abusos sexuales añade sufrimiento a las víctimas y eclipsa el anuncio del Evangelio, el Papa sigue dando ejemplo a la Iglesia sobre cómo hay que afrontar estas dolorosas situaciones. No basta con la prevención. También es necesario afrontar la verdad, sin paños calientes, y resarcir en la la medida de lo posible a quienes han padecido esta lacra, también con indemnizaciones económicas, como el enviado del Papa a Chile ha anunciado que se hará en ese país. A las primeras destituciones de obispos por el caso Barros, siguió el pasado sábado el juicio en el Tribunal del Vaticano (en la foto), que ha condenado a un exconsejero en la nunciatura de Washington a cinco años de prisión por posesión e intercambio de pornografía infantil. A ello se añade la suspensión de todo ministerio público al cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, por antiguas denuncias de abusos. Y no es esta la única medida contundente que ha tomado Francisco en los últimos días contra un cardenal. Solo dos días después, el 22 de junio, sustituyó al cardenal indio George Alencherry, acusado de corrupción y malversación de fondos, como máximo líder de la Iglesia católica siro-malabar. Nadie –es el claro mensaje que lanza el Papa– está exento de rendir cuentas en la Iglesia.