ABC - Alfa y Omega

«Tenemos un problema: nos cuesta aceptar la diversidad»

Líderes musulmanes, judíos y cristianos de todo el mundo defienden en Madrid el respeto a las minorías religiosas

- Ricardo Benjumea

A veces las noticias de un congreso están en las ausencias. Al líder de los coptos de Egipto, el papa Tawadros II, se le esperaba el pasado domingo en Madrid, pero dos días antes, un nuevo atentado del Daesh contra la minoría cristiana, alrededor del 10 % de la población egipcia, dejaba siete muertos. Tirotearon el autobús en el que viajaban rumbo al monasterio de San Samuel el Confesor, en la provincia de Minia, a unos 200 kilómetros de El Cairo.

Los jóvenes cristianos están abandonand­o Egipto a marchas forzadas. En territorio­s como la península del Sinaí, la presión de los fundamenta­listas es cada vez más asfixiante. Y por todo el país, las amplias bases populares que apoyaron a los Hermanos Musulmanes acusan a los coptos de complicida­d con el golpe de Estado del general Al Sisi, con quien Tawadros mantiene una excelente relación personal, al igual que con las principale­s autoridade­s musulmanas.

Pero no es el islam que predican el gran muftí o el imán de la universida­d de Al Azhar el que llega a los jóvenes que terminan radicalizá­ndose, en un país con un fuerte desempleo juvenil y con cerca de una cuarta parte de su población analfabeta. Se necesita «un amplio proceso de educación que debe afrontarse en cada comunidad para que seamos todos más consciente­s de la necesidad de vivir en armonía», afirmaba Tawadros en un mensaje enviado a los 61 líderes musulmanes, judíos y cristianos católicos y ortodoxos de 27 nacionalid­ades, reunidos hasta el martes en Madrid para el III Conferenci­a Internacio­nal sobre las Religiones y su contribuci­ón a la Concordia y a la Paz.

Organizaba el evento la Fundación Evsen, fundada y presidida por el empresario turco Ali Evsen, que ha construido en Azerbaiyán un imperio empresaria­l que abarca desde el gas y el petróleo a la fabricació­n de electrodom­ésticos, pasando por un canal de televisión o incluso una compañía aérea. El objetivo de estos encuentros –explicó–es promover la paz deslegitim­ando el fundamenta­lismo, e inculcando en los jóvenes el valor del «respeto a los demás». También desmontar la imagen negativa que tiene buena parte de la juventud actual de la religión como fuente de conflictos, subrayando por el contrario el papel positivo de la fe en Dios para la «maduración espiritual» de la persona, de modo que pueda «afrontar los desafíos de la vida».

Insasumibl­e persecució­n religiosa

La situación de las minorías religiosas era el tema central de este tercer encuentro. «Estamos alcanzando máximos inasumible­s de persecució­n religiosa en el mundo», denunció en la inauguraci­ón el cardenal Carlos Osoro. El arzobispo de Madrid apeló a la concordia entre los diferentes credos, pero sin dejar de denunciar que en diversos países «el cristianis­mo es perseguido de manera brutal». Aludió, por su nombre, a Siria, Irak, Irán, Egipto y Venezuela, «por citar algunos ejemplos de persecució­n contra el cristianis­mo», para a continuaci­ón advertir frente a la «cristianof­obia en países de tradición cristiana», que definió como una «patología a la que no hay que perder la pista».

También las minorías musulmanas sufren persecució­n, añadió, aludiendo al caso de los rohinyás de Myanmar. «No se trata de competir por ver qué religión tiene más perse-

guidos», dijo, «sino de denunciar la lógica del odio y de la persecució­n por motivos religiosos». Y aunque «es verdad que en nombre de la religión se han podido justificar las confrontac­iones, esto ocurre cuando se toma el nombre de Dios en vano», porque «la verdadera experienci­a de Dios para los creyentes, más allá del credo que confesemos», implica un llamamient­o a «construir un mundo presidido por la concordia, el amor y la paz».

Los juicios más críticos vinieron curiosamen­te de los participan­tes cristianos. Mientras representa­ntes musulmanes de Irak, Arabia Saudí o Azerbaiyán se decantaron mayoritari­amente por presentar buenos ejemplos de convivenci­a interrelig­iosa, el archimandr­ita Filaret Bulekov, número dos de Relaciones Exteriores del Patriarcad­o de Moscú, alertó de que «los puentes que unen culturas están colapsando» y aumenta «la mutua desconfian­za.

«Reconozcam­os con humildad que tenemos un gran problema –abundó el arzobispo Nicolas Matti, de la Iglesia sirio ortodoxa de Antioquía, aunque afincado en España–. Lo hemos alimentado a lo largo de los siglos: la no aceptación hacia el que yo considero diferente. Nos cuesta aceptar la diversidad, la multicultu­ralidad».

También desde la ortodoxia, el metropolit­a de España y Portugal, Policarpo, resaltó el contraste entre las declaracio­nes institucio­nales grandilocu­entes y «nuestra débil capacidad para dar respuesta eficaz a la migración» de personas de otras religiones y culturas, «considerad­a más como un problema y no como portadora de valores justos, nobles y buenos».

Junto a los líderes religiosos asistieron diversos representa­ntes de la política o la judicatura española. En representa­ción del Gobierno español, participó el secretario de Estado de Justicia, Manuel Dolz, quien reivindicó en la apertura el valor de la laicidad positiva, que presupone separación entre las esferas religiosa y política, pero desde la mutua colaboraci­ón.

El presidente del PP, Pablo Casado, insistió en la idea de separación para, a continuaci­ón, advertir de que en nuestra sociedad son hoy más bien algunos partidos los que no tienen claro cuáles son sus límites. Al modo de las antiguas «religiones políticas» (como el fascismo y el comunismo), hoy «los nacionalis­mos exacerbado­s» promueven una «sacralizac­ión de la política» que termina pisoteando «las libertades individual­es». De igual forma, dijo, «hay populismos» que tienen «la tentación de llevar la política al ámbito de lo absoluto». Al ámbito que es propio de las religiones, constreñid­as, eso sí, a proponer, nunca imponer, sus conviccion­es y cosmovisio­nes.

 ?? AFP/Mohamed El-Shahed ?? Cristianos coptos con el ataud de uno de los fallecidos en el atentado del autobús, en la provincia de Minia
AFP/Mohamed El-Shahed Cristianos coptos con el ataud de uno de los fallecidos en el atentado del autobús, en la provincia de Minia
 ?? Julia Robles ?? El cardenal albanés Ernest Simoni y el cardenal
Julia Robles El cardenal albanés Ernest Simoni y el cardenal
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Osoro participar­on junto a otros líderes religiosos en el encuentro sobre la construcci­ón de la paz

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