«La Iglesia reconoce los abusos y tiene la firme decisión de erradicarlos»
El cardenal Blázquez recuerda a los obispos, en el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, que estos hechos «no se deben encubrir ni darles una respuesta equivocada». Por su parte, CONFER reitera su compromiso en la protecc
La cuestión de los abusos ha llegado para quedarse, al menos hasta que la Iglesia en nuestro país aborde la cuestión en su totalidad como ya han hecho otros episcopados –Estados Unidos, Francia, Alemania…–. Lo cierto es que en las últimas semanas se habla mucho del tema, bien porque se han publicado nuevos casos, bien porque la reunión de febrero en el Vaticano –están convocadas representantes de las conferencias episcopales– está cada vez más cerca. El cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, se refirió a esta cuestión en su discurso inaugural ante la Asamblea Plenaria de los obispos el pasado lunes. El purpurado dijo que «la Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa índole y tiene la firme decisión de erradicarlos». Y manifestó que estos deben ser «reconocidos humildemente ante Dios y sin pretextos ante los hombres», para añadir que «no se deben encubrir los abusos ni darles una respuesta equivocada».
La intervención de Blázquez estuvo marcada por el Sínodo de obispos celebrado el mes pasado sobre los jóvenes y por el documento final que nacido de él. Y es en ese contexto introdujo la cuestión de los abusos. De hecho, acudió repetidamente al citado texto para abordar la cuestión, como la siguiente cita: «Los diversos tipos de abuso realizados por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos provocan en quienes son víctimas, entre los cuales muchos jóvenes, sufrimientos que pueden durar toda la vida y a los que ningún arrepentimiento puede poner remedio. Tal fenómeno está difundido en la sociedad, toca también a la Iglesia y representa un serio obstáculo a su misión. El Sínodo reitera el firme compromiso de adoptar rigurosas medidas de prevención que impidan repetirse, a partir de la selección y de la formación de aquellos a los que serán confiados tareas de responsabilidad y educativas».
Igualmente del Sínodo, recoge que el problema de estos abusos tiene que ver con el ejercicio de la autoridad y habla del clericalismo en particular. Aunque también tiene palabras de agradecimiento para los que han tenido «la valentía de denunciar el mal padecido; ayudan a la Iglesia a tomar conciencia de cuanto ha ocurrido y de la necesidad de reaccionar con decisión».
La respuesta de los religiosos
También en la asamblea de la Conferencia de Religiosos Española (CONFER), una semana antes de la reunión episcopal, sobrevoló la cuestión de los abusos. Su presidenta, Mariña Ríos, manifestó en la clausura su compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad. La religiosa se refirió a la carta del Papa al pueblo de Dios por los escándalos de abusos para decir, además, que «nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y reparar el daño causado». «Nunca será poco todo lo que se haga para que no solo no se repitan estas situaciones, sino para que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuas. El dolor de las víctimas es nuestro dolor», añadió.
De esta cuestión también habló el presidente de la congregación vaticana que se encarga de la vida consagrada (CIVCSVA), Joao Braz de Aviz, que alentó a las congregaciones «a ser inmediatos» y a derivar los casos a la comisión central de la congregación. «Hay que atender a las víctimas, no a los agresores. No tenemos que dejar las cosas pasar».