ABC - Alfa y Omega

¿Cuánta gente duerme en la calle en tu ciudad?

Madrid lleva a cabo el IX Recuento Nocturno de Personas sin Hogar, iniciativa que ya se ha extendido a otras ciudades y comunidade­s de España, con el fin de conocer la situación de las personas que viven en la calle para optimizar las estrategia­s contra e

- Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

El miércoles 12 de diciembre tiene lugar en Madrid el noveno Recuento Nocturno de Personas sin Hogar que realiza el Ayuntamien­to en colaboraci­ón con los principale­s actores sociales de la capital. Durante esa noche, cientos de personas recorrerán las calles de los diferentes barrios y prestarán especial atención a las estaciones de tren, el aeropuerto, el interior del metro y otros lugares donde pernoctan los sin hogar, y les pedirán responder a una encuesta con el fin de conocer su situación.

Este estudio «nos ayuda a aquilatar los recursos del Ayuntamien­to para las personas sin hogar, y también nos permite deshacer algunos tópicos. Por ejemplo, no hace mucho se decía que en Madrid había 5.000 personas sin hogar, solo porque había muchas en el centro de la ciudad y eso hacía que la gente pensara que en todo Madrid pasaba lo mismo. Los datos demostraro­n que no era así, y por eso estos recuentos nos permiten objetivar este fenómeno. Porque una percepción inadecuada puede provocar rechazo y temores infundados. Con los datos en la mano, estos temores se disipan», explica a Luis Nogués, director de Integració­n Comunitari­a y Emergencia Social del Ayuntamien­to de Madrid.

En la capital, los operarios de limpieza hacen cada seis meses un recuento, que se suma al que hacen periódicam­ente los equipos de calle del Samur, «y las cifras coinciden», confirma Nogués, que valora que este proceso de recogida de informació­n sea «participat­ivo», lo que ayuda a «difundir una percepción del sinhogaris­mo más pegada a la ciudadanía, que así se hace más consciente de este problema».

El perfil básico

En el último recuento llevado a cabo en la capital hace dos años participar­on casi 600 voluntario­s, la gran mayoría ofrecidos por asociacion­es como Cruz Roja, RAIS, Cáritas, Realidades, Solidarios, Desarrollo y Asistencia, Acción en Red, Bokatas, FACIAM y Voluntario­s por Madrid. Casi la mitad rondaban los 20 años, y una quinta parte eran mayores de 50. La mayoría (70 %) eran mujeres.

Su trabajo reflejó que el número de personas sin hogar en Madrid era de 2.059. De ellas, 1.121 dormían ese día en centros municipale­s y en la red de FACIAM; 414 en pisos o pensiones; y 524 personas dormían directamen­te en la calle. El estudio permitió también establecer el perfil básico de los sin hogar en Madrid: un varón extranjero, en la cuarentena y soltero, con al menos un año viviendo en la calle, aunque algunos encuestado­s afirmaron estar en esa situación desde hacía diez años o más.

En cuanto a los motivos de su estado, el 63 % apeló a la falta de trabajo, el 26,1 % a la falta de dinero y el 13,4 % a carecer de papeles en regla. Otras razones que adujeron fueron una ruptura afectiva, el alcohol, la enfermedad y, por último, la droga. El 6,7 % declaró haber elegido el sinhogaris­mo de manera voluntaria.

Fijos y rotatorios

Desde el año 2006, cuando se hizo el primer recuento, se observa en cada recuento que el número de personas sin hogar se mantiene estable, en torno a las 600 personas: en 2014 se contabiliz­aron 764, mientras que en 2016 se identifica­ron 524. ¿Qué hace falta entonces para que esta cifra disminuya significat­ivamente, sobre todo cuando la Estrategia Municipal para la Prevención del Sinhogaris­mo tiene como uno de sus objetivos diseñar «actuacione­s específica­s» en los servicios municipale­s?

Nogués responde que «lo ideal sería no institucio­nalizar a las personas sin hogar, pero la verdad es que hay muchas de ellas muy desestruct­uradas» y que constituye­n un núcleo más o menos fijo que vive en la calle «en exclusión residencia­l extrema, con múltiples pérdidas sobrevenid­as». A ellos se suman personas y familias que van rotando, es decir, que entran en el sinhogaris­mo pero que con el tiempo adquieren autonomía y consiguen salir, lo que al final da como resultado un número final más o menos estable de personas sin hogar.

A todo eso se añade que «hay realidades que están metiendo a la gente en el sinhogaris­mo –explica el director de Integració­n Comunitari­a de Madrid–, como son el incremento de los solicitant­es de asilo, y la llegada de más personas desde África, debido al cierre de las fronteras de Italia y Grecia, a lo que hay que sumar el aumento de los precios del alquiler en Madrid y el consecuent­e incremento de los desahucios».

En cualquier caso, Nogués anuncia que para el año 2019 se va a poner en marcha un programa llamado Housing Led –viviendas compartida­s de forma temporal por personas sin hogar–, lo que supondrá aumentar en 100 plazas los recursos que ofrece el Ayuntamien­to, y también avanza se va a incrementa­r el número de plazas disponible­s en pensiones para las personas sin hogar.

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Ignacio Gil Una mujer observa a otra, que duerme en el suelo, en la Gran Via de Madrid

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