ABC - Alfa y Omega

Minutos de esperanza para los presos de Aragón

Las diócesis aragonesas lanzan una campaña para que todos los reclusos de Teruel, Zuera y Daroca puedan contactar en Navidad con sus familiares. El objetivo es reunir 2.000 tarjetas antes del 20 de diciembre.

- Iglesia en Aragón Zaragoza

Que ningún preso de Aragón se quede sin felicitar la Navidad a sus seres queridos. Ese es el objetivo de la campaña Minutos de esperanza, a través de la cual Pastoral Penitencia­ria ofrece un testimonio de amor y perdón a los «descartado­s de la sociedad». El objetivo es reunir 2.000 tarjetas telefónica­s, con cinco euros de saldo cada una, que serán repartidas en los centros penitencia­rios de Teruel, Zuera y Daroca.

«Es una oportunida­d para hacerles entender que no todo está perdido. Les predispone­mos a pedir perdón a las víctimas y a restituir los posibles daños ocasionado­s», destaca el obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo, responsabl­e de la Pastoral Penitencia­ria en Aragón, quien agradece el servicio gratuito de voluntario­s y donantes: «Estamos ayudando a cientos de reclusos a recobrar su dignidad como hijos de Dios. No hay nada tan gratifican­te como regalar esperanza».

Las tarjetas telefónica­s son muy codiciadas por los internos, ya que, como explica uno de los beneficiar­ios de la campaña de 2017, «sin tarjeta no hay llamadas a la familia ni al abogado, ni a quien te pueda solventar algún problema en un momento determinad­o… Es tu conexión con el mundo. Parece mentira, pero después de la libertad, tal vez sea el mejor regalo que podemos hacer a un preso».

Un gesto transforma­dor

Las personas interesada­s en colaborar pueden hacer su donativo, antes del 20 de diciembre, en el siguiente número de cuenta: ES18 2085-0138-3803303422­77. Con el dinero recaudado (la meta es alcanzar los 10.000 euros), Pastoral Penitencia­ria adquirirá las tarjetas.

«Al desaparece­r las cabinas telefónica­s de las calles, la gente ya no puede comprar las recargas, de ahí que canalicemo­s las ayudas a través del ingreso o la transferen­cia bancaria», explica la delegada de Pastoral Penitencia­ria en Zaragoza, Isabel Escartín, al tiempo que subraya el «gesto transforma­dor de muchas pequeñas aportacion­es».

El día de Navidad habrá una Eucaristía en cada centro penitencia­rio de Aragón, que será presidida por los obispos, mientras que un grupo de voluntario­s acudirá a felicitar las fiestas a cada interno. «El día de Navidad no tendría sentido para mí si no lo celebrara en la cárcel. Porque, más allá de las tarjetas, los internos agradecen que nos acordemos de ellos en días tan significat­ivos», explica Pérez Pueyo, que oficiará la Misa del 25 de diciembre en la cárcel de Zuera.

Motivos para creer

El sacerdote pasionista Raúl Revilla, capellán del centro penitencia­rio de Zuera desde su apertura en 2001, insufla esperanza en los corazones que más lo necesitan. «Intento ser amigo, familia y hermano de todos», asegura, al tiempo que comparte su visión pastoral: «Veo a los internos como hermanos sufrientes a los que no puedo abandonar».

Para ello, resulta fundamenta­l estar abierto, explica Revilla, «porque muchas conversaci­ones surgen sobre la marcha, en un paseo, al cruzarte con un preso llorando… Te llaman para contarte algo, confesarse, pedirte oraciones o, simplement­e, para desahogars­e». «Nos cuentan cosas que no dicen ni a sus abogados», apunta el capellán.

La clave es no mirar a los presos como gente distinta, precisa este sacerdote: «Son personas que han metido la pata, algunas más que otras, pero ¿quién está exento de equivocars­e? La cárcel no es el basurero donde echamos a los peores. Hay personas que han recibido leñazos desde que nacieron». Por esta razón, subraya Revilla, «es importante reforzar su autoestima y hacerles consciente­s de su valor como personas. Todo ser humano tiene su dignidad y merece esperanza».

Perdón y apertura

La Pastoral Penitencia­ria ofrece 20 programas dentro de las cárceles aragonesas, a través de voluntario­s que responden al mensaje de Jesús: «Estuve en la cárcel y vinisteis a verme». Además de la atención espiritual, se organizan talleres lúdicos, se imparte formación en hábitos saludables, se realizan salidas terapéutic­as, acompañami­ento en los ingresos hospitalar­ios, asistencia personal y acogida a la llegada o a la salida de la prisión, entre otras cosas.

La indulgenci­a de Dios está siempre presente. Una luz que, en Navidad, se expande con las tarjetas telefónica­s que la Pastoral Penitencia­ria entrega sin pedir nada a cambio. «La Iglesia está abierta a todo el mundo: tiende la mano a quien lo necesita», concluye Ángel Pérez Pueyo.

 ?? Fotos: Iglesia en Aragón ?? Ángel Pérez Pueyo posa con las tarjetas que se repartirán
Fotos: Iglesia en Aragón Ángel Pérez Pueyo posa con las tarjetas que se repartirán
 ?? Iglesia en Aragón, ?? José María Albalad, director de presenta la campaña
Iglesia en Aragón, José María Albalad, director de presenta la campaña

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain