«Los cristianos nos estáis enseñando el amor»
Una de las prioridades para la Iglesia en Siria durante estos años de guerra ha sido que el conflicto no hiciera saltar por los aires el rico «mosaico» que siempre ha supuesto la convivencia entre musulmanes y cristianos. «Los terroristas quisieron obligar a los mismos musulmanes a vivir el fanatismo. Los musulmanes liberales dicen que esa no es su religión. Nosotros vamos a creerlos. Y ojalá algún día todo el islam llegue a creer en el amor, el perdón, la alegría y la paz», anela monseñor Antoine Chahda, obispo sirocatólico de Alepo.
El obispo cree que se están dando algunos pasos en esa dirección. «En Siria se ha escuchado al gran muftí, Ahmad Badr al-Din Hassoun, perdonar públicamente» e interceder por los asesinos de su hijo Saria, tiroteado cuando salía de la universidad en 2011. «¡Es un cambio! En el islam no hay perdón». El obispo relaciona este giro con el testimonio de las comunidades cristianas, que a pesar de su propia necesidad no han dudado en llevar camiones llenos de ayuda a los campos de desplazados que rodean Alepo. «Los niños venían corriendo y nos llamaban abouna, padre. Y una persona le dijo al vicario apostólico de Alepo, monseñor Abu Jázem: “Por primera vez estamos sintiendo lo que es el amor. Y nos está llegando de vosotros, los cristianos”».
Para el obispo, esta lección es la aportación más importante que puede hacer la Iglesia para la reconstrucción espiritual y social de Siria. «Es la evangelización que queremos hacer: enseñar que el amor no tiene fronteras y que nosotros somos amigos; para que poco a poco puedan cambiar su manera de pensar».