La presencia de Dios en medio de la tragedia
La imagen habla por sí misma. Un Papa, con casco incluido, reza ante la imagen de una Virgen destrozada. Sucedió el pasado fin de semana en Camerino, una pequeña localidad del centro norte de Italia, que en 2016 fue destruida en parte por un terremoto en el que perdieron la vida 296 personas. «Dios que está cerca de nosotros para levantarnos desde dentro, nos ayuda a ser buenos constructores, consoladores de corazones. Todos pueden hacer un poco de bien, sin esperar a que otros comiencen, no dejarse abatir por la desesperanza, comenzar a hacer cada uno algo por el otro. Todos pueden consolar a alguien, sin esperar a que se resuelvan sus problemas», señaló el Pontífice.