Ecologistas e Iglesia, de la mano
La participación de Asunción Ruiz en los actos de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación es uno de los primeros capítulos en la incipiente colaboración entre SEO/Birdlife y la Comisión Diocesana de Ecología Integral de Madrid. Fue la organización ecologista la que, hace unos meses, dio el paso de tender la mano a la Iglesia. «La amenaza es tan importante que ninguna asociación o gobierno por si solo puede hacerle frente. Necesitamos instituciones fuertes y sólidas que nos acompañen, y es indudable que la Iglesia es muy fuerte».
Cuando hace cuatro años Francisco publicó la encíclica Laudato si, SEO la recibió con los brazos abiertos. «Es casi un manifiesto ecologista, me hubiera gustado escribirla a mí –broma su directora–. Es
ejemplo un plan de recuperación de especies».
Otro ejemplo de inacción política es que, aunque España es el país que mayor superficie, en términos absolutos y relativos, aporta a la red europea de espacios protegidos Natura 2000, muchos de ellos aún no tienen un plan de gestión que haga efectiva dicha protección. Para Ruiz, Natura 2000 (la red coordinada de espacios naturales protegidos más grandes del mundo) es un ejemplo de un enfoque muy sensata; es incontestable.
Y es el tipo de ecologismo que nosotros defendemos. Aunque no parece que haya terminado de empapar a toda la Iglesia». Una reticencia, como el escepticismo social generalizado hacia todo lo medioambiental, que atribuye a «las inercias y al miedo al cambio. Un cambio que no tiene que implicar vivir peor ni renunciar a las tecnologías, sino usarlas a favor de este cambio. Si no nos ponemos a ello, el cambio llegará de todas formas y será mucho más duro».
La implicación de la Iglesia es fundamental para Ruiz porque la conservación de la naturaleza «es ahora mismo una cuestión biológica, económica y social pero también de valores. Y la Iglesia puede ayudarnos a contagiar mucho más valores como el de dar más importancia a las
innovador del cuidado de la biodiversidad. «Pretende demostrar –explica– que la preservación puede ir de la mano con la actividad humana. Por eso no incluye solo santuarios de conservación de la biodiversidad, como los parques naturales, sino también espacios agrarios donde se permiten actividades económicas sostenibles. En España, de hecho, estos constituyen el 40 % de la red».
Paradójicamente, «estos pequeños agricultores que lo están haciendo relaciones humanas que a los bienes materiales, que siempre ha defendido».
Por eso, Ruiz se alegró mucho cuando la respuesta de Carlos Jesús Delgado, responsable de la comisión fue «algo así como “me alegra que nos hayas llamado, porque os íbamos a llamar”». Al comienzo del verano, la diócesis ya participó en el proyecto Libera, que SEO organiza con Ecoembes. «Hemos debatido ideas y una de las ideas que barajamos es definir un protocolo para que, a la hora de reformar edificios de la Iglesia, se compatibilice su conservación con la protección de la naturaleza. Por ejemplo, no haciéndolas en pleno período de cría de aves protegidas» que anidan en ellas, o buscando medidas de protección frente a especies dañinas que no perjudiquen a las inocuas.
bien y produciendo biodiversidad no se benefician de las ayudas agrarias, cuando es precisamente a quienes deberían favorecer». Y, al no haberse elaborado planes de gestión en muchos de estos espacios, a veces ni siquiera tienen información clara sobre lo que deben o no hacer en sus campos. «No podemos no apoyar a la gente que vive de, en y con la naturaleza. No hay enemigos del medio ambiente, sino que lo que existe muchas veces es desconocimiento».