Santo rosario: misterios… del siglo XXI
Tercer misterio: el nacimiento del hijo de Macarena y Frederik
Mientras al Niño Jesús le tocó nacer en un establo, el pequeño William pudo hacerlo en un hospital. Sin embargo, tanto uno como otro tan solo recibieron la visita de unos auténticos desconocidos. Los primeros que llegaron al portal de Belén fueron los pastores. En el caso de William, recibió la visita de los enfermeros y los doctores. No podía ser de otro modo, estaban restringidas las visitas a causa del coronavirus y el confinamiento mantenía a sus tíos, abuelos y demás familiares en casa.
No es así como lo habían planificado Macarena Gardeazábal y Frederil Endsjö, sus padres, que esperaban «poder ingresar juntos en el hospital tras el parto, recibir la visita de nuestras familias y amigos y luego poder bautizar al niño». Pero el coronavirus se empeñó en llegar a España y a Macarena le empezó a crecer el miedo. «Temíamos que se contagiaran el recién nacido o mi marido, que es asmático y no sabíamos cómo le podría afectar».
Ante tales circunstancias, «me abandoné en el Señor. Estaba convencida de que Él siempre iba a enviarnos lo mejor para nosotros. Y, al final, así fue», asegura Macarena. «Es cierto que mi marido solo pudo estar en el parto y que los días de ingreso estuve sola, pero eso me permitió identificarme mínimamente con la soledad que están sufriendo los enfermos del coronavirus y así rezar por ellos». La soledad hospitalaria tras el parto también le hizo identificarse «con la soledad que pudo sentir la Virgen al dar a luz al Niño Jesús», pero esto, sobre todo lo hace cuando enhebra el tercer misterio gozoso.