Un día para «conocer y estimar más» a la vida contemplativa
Jornada Pro Orantibus 2020
Este domingo 7 de junio se cambian las tornas y toca a los fieles rezar «por quienes oran por nosotros: las personas consagradas contemplativas», explican desde la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada. Se trata de la Jornada Pro Orantibus, en la que «estamos invitados, como un momento singular cada año, a un continuo empeño de conocer mejor y estimar más» esta vocación tan particular, asegura el presidente de la comisión de la CEE, Luis Ángel de las Heras, en entrevista con Alfa y Omega.
La vida consagrada contemplativa es necesaria para la Iglesia «porque custodia sin descanso una dimensión imprescindible» para la renovación de todos los cristianos: la contemplación, explica el también obispo de Mondoñedo-Ferrol. De esta forma, «merece la pena estar cerca de las personas consagradas contemplativas, tratar con ellas. Pasar algún momento o tiempo en sus monasterios, nos ayuda a vivir con más hondura, gozo y compromiso la vocación cristiana».
No obstante, la jornada de este año llega marcada por el distanciamiento social impuesto por el Gobierno para evitar los últimos coletazos del COVID-19. Esto no ha evitado, sin embargo, que las religiosas y los religiosos de España se hayan seguido interesando por lo que ocurre más allá de los muros conventuales. Al contrario, «los cerca de 9.000 miembros de la vida consagrada contemplativa en España han vivido con honda preocupación la difícil situación en nuestro país y en el mundo entero» y «han intensificado la oración, contribuyendo a esa corriente de esperanza, serenidad y consuelo en medio de una tragedia que ha afectado a muchos con sus nombres concretos», subraya De las Heras.