Musulmanes y cristianos: «A la hora de ayudar todos somos uno»
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Estado de alarma», asegura el presidente de FICRT, «ha sido la profunda solidaridad: las diferencias por motivos étnicos, nacionales o religiosos no han salido a flote».
Así lo viven en el barrio de La Ventilla, en Madrid, al que llegó otro de los cargamentos de la campaña para 150 familias. Parapetado tras el skyline de la ciudad que componen las cuatro torres y una quinta en construcción, hace más de 100 años esta era una zona deprimida de la capital, y allí comenzó el padre José María Rubio, santo jesuita, su ingente labor apostólica y social que a día de hoy continúa la Compañía de Jesús.
Fruto de esa labor, tal y como explica Pablo Veiga, SJ, nació Pueblos
Las cajas repartidas incluyen alimentos no perecederos, como legumbres o pasta, pero también había sopa árabe o dátiles
hijas hace año y medio, colaboró en este reparto de alimentos como voluntaria. Conoció Pueblos Unidos en un momento en el que «estábamos prácticamente en situación de calle» y ahora vive en acogida, gracias a los programas de hospitalidad de la parroquia, junto a varios jóvenes africanos musulmanes refugiados.
«Ellos están interesados por conocer la cultura cristiana; como yo soy catequista en la parroquia, me preguntan qué les cuento a los niños de Dios, y si tenemos un libro». «Yo les digo que Dios no es un libro, es tu corazón. Y a su vez, ellos nos dicen cómo llaman Alá a Dios, y nos explican el Ramadán». El día de la entrega solidaria, «cuando empezamos a bajar los alimentos de la furgoneta, allí éramos uno solo, cristianos y musulmanes, pero uno solo. Esta campaña, definitivamente, ayuda más a la integración».
«Doy gracias a Dios porque me puso en esta parroquia», señala Yolimar. «Esta es realmente una familia». Un sentimiento que también tiene Hakima: «Cuando voy a la asociación me siento nueva, ¡todos me dan un cariño! Musulmanes, cristianos... yo no tengo problemas. Tenemos un mismo Dios, pero diferentes maneras de rezar». Y se despide: «Adiós, hija. Cuando pase este virus tenéis que venir a casa, que os haré una comida marroquí». Hecho.