Cuando bailar Elvis se convierte en terapia
¿ Ha cambiado vuestra forma de trabajar en el confinamiento?
Inma: Yo he descubierto más aún al equipo que cuida a los mayores. El trato se ha estrechado, y puedo decir que es un equipo increíble, tanto en lo humano como en lo profesional. Estos días hemos trabajado codo con codo, también para descubrir los más leves síntomas de COVID-19, y esto ha sido clave, porque varios han podido recuperarse gracias a esta detección precoz.
Belén: El trato con el mayor normalmente, en el área de terapias, es ágil. Le tratas un tiempo concreto. Pero estos días no solo hemos trabajado la parte física y cognitiva, sino que hemos tenido más tiempo para acompañarlos, para conocerlos. Teníamos que suplir la falta de contacto personal con familiares y voluntarios. Hemos compartido intereses, miedos, inquietudes... y eso nos ha dado la oportunidad de tratarlos de manera más integral.
¿Cómo se suple precisamente esta falta de contacto humano y personal?
I.: Cuando no hay deterioro cognitivo son más conscientes de las carencias, de la falta de la familia y los voluntarios, se entristecen y preocupan más… Cuando hay deteriorio, hay que preocuparse más por las movilizaciones, caminar, etcétera.
B.: La falta de contacto físico directo, de besos y abrazos, ha sido, y está siendo, un reto para ellos y para todo el personal. Las miradas, las palabras, los momentos de escucha, se han convertido en una forma de contacto muy poderosa. Se ha creado un vínculo especial con cada uno de los mayores, incluso con sus familias, a través de las videollamadas. Cuando la capacidad cognitiva lo permite, también nos esforzamos por hacer actividades que les gusten y en la que puedan participar. Se han aumentado las terapias y hemos hecho más actividades: bingo, reportajes del Madrid antiguo, actividades con música... El otro día, por ejemplo, una señora se puso a bailar una canción de Elvis.
Alguna más se animó. Elvis, la música... pueden ser grandes terapias en el confinamiento: mueves el cuerpo y alegras el espíritu.
¿Y cómo se ha abordado el miedo de las familias?
B.: Con mucho trato diario con ellas. Había videoconferencias de los mayores a diario en unos casos, cada dos o tres días en otros. Además de llamadas constantes del equipo. La confianza es clave para luchar contra los miedos. Creo también que algunas noticias alarmantes no ayudaban, porque se ha informado de muchas actuaciones incorrectas en residencias, pero no del esfuerzo de muchos profesionales en otros centros, que se han volcado en cuidar de los mayores. No se hablaba del buen trato, solo se mostraban centros donde no se les ha atendido bien. Esa es una parte de la verdad que hay