Llamada a la responsabilidad
El final del Estado de alarma en la madrugada del domingo, y con él de las restricciones a la movilidad y a la mayor parte de encuentros, va a poner a prueba en los próximos meses los protocolos de intervención para controlar precozmente los nuevos brotes. Y también la responsabilidad ciudadana. Es extremadamente difícil evitar nuevos focos de contagio y aumentos de casos al intentar volver a la normalidad sin que la pandemia esté erradicada (ni controlada en muchos países) ni exista una vacuna. Reconocer esto no es una invitación a actuar solo en función de lo prohibido o permitido sino, al contrario, a extremar la precaución.