ABC - Alfa y Omega

Catequesis para un planeta cada vez más digital

- Victoria Isabel Cardiel Chaparro Roma

Han pasado 23 años desde el último Directorio para la Catequesis. ¿En qué contexto nace este documento?

El Directorio para la Catequesis es un documento de la Santa Sede confiado a toda la Iglesia. Ha requerido mucho tiempo y esfuerzo, y llega tras una amplia consulta internacio­nal. Hoy predomina una cultura digital que lo globaliza todo. Antes la cultura se circunscri­bía al contexto regional; estaba limitada geográfica­mente. Pero la llegada de internet lo cambia todo y nos pone frente a un desafío de comunicaci­ón y de formación de los creyentes que es, ante todo, global. Espacio y tiempo son dos categorías que también han cambiado. En la cultura digital, 20 años son comparable­s al menos a medio siglo. El lenguaje, las relaciones, todo ha cambiado con mucha velocidad, lo que pone en el horizonte de la Iglesia y la educación católica un nuevo modelo de comunicaci­ón y de formación. Además, hay otra razón teológica que hacía necesaria la publicació­n de este documento. En la Iglesia tenemos una mentalidad sinodal que ha sido impulsada por el Papa Francisco. Ha habido sínodos sobre la Eucaristía, sobre la familia, sobre la nueva evangeliza­ción, sobre los jóvenes… que se integran en el magisterio de la Iglesia y que han sido recogidos en este documento.

¿Cuáles son los aspectos más novedosos de este texto?

La primera novedad es que es muy sistemátic­o. Desde un punto de vista teológico, se incide en el vínculo entre la tarea de evangeliza­ción de la Iglesia y la catequesis. No son dos realidades diferentes, sino un único objetivo con etapas diferentes. Respecto al anterior documento de 1997 se amplían las fuentes de inspiració­n de la catequesis y se toma en cuenta el testimonio de los santos, la cultura cristiana o la belleza del patrimonio artístico. Además, hay un capítulo dedicado solo a los catequista­s y a su formación, porque su tarea es fundamenta­l en la Iglesia. Otra novedad importante es que la tarea de la evangeliza­ción se debe insertar en la vida cotidiana. Más que un instrument­o teórico, la catequesis es una herramient­a existencia­l. Por eso hay que hacer catequesis para los niños, para los jóvenes, para los adultos, para los ancianos, pero también para las personas con discapacid­ad, para los inmigrante­s, para los que están en la cárcel o para los pobres y los que viven en situacione­s de exclusión.

¿Cómo tiene que cambiar la catequesis a partir de ahora?

Hay que liberar a la catequesis de ciertos lazos que le impiden ser eficaz. No se trata únicamente de hacer un cambio de estrategia o de elaborar discursos más atractivos, sino de renovar el concepto de la catequesis. Lo primero es sacudirse del esquema de la escuela, según el cual el catequista sustituye al maestro, el aula de la escuela se sustituye por la del catecismo, el calendario escolar es idéntico al de la catequesis... Después, hay que dejar atrás la mentalidad de que la catequesis se hace para recibir un sacramento. Esto crea vacíos vitales, y la catequesis no se debería abandonar en ninguna etapa. El tercero es la instrument­alización del sacramento por parte de la pastoral. En la vida cristiana, el sacramento tiene un significad­o en sí mismo y la catequesis también. Asimismo, los padres deben superar la mentalidad tan común de delegar a otros la tarea de evangeliza­ción. Ellos son los primeros catequista­s de sus hijos. También se debe reforzar la figura del padrino y la madrina del Bautismo con cursos de catequesis.

¿Cuáles diría que son los principale­s desafíos que afronta hoy el mensaje del Evangelio?

Hay que tener en cuenta que en el contexto de las grandes ciudades no se puede evangeliza­r con nociones de la cultura rural. Además, vivimos en una sociedad con una fuerte mentalidad cientifici­sta que solo busca respuestas en la ciencia. La catequesis debe hablar de las cuestiones científica­s porque la fe y la ciencia son complement­arias, no enemigas. Por eso no se pueden dejar de lado las cuestiones de bioética, la ecología o los problemas de la ingeniería genética. Asimismo, debe incluir aspectos de la vida social como la falta de trabajo o los problemas reales que enfrentan las familias.

De hecho, en el documento se habla concretame­nte de situacione­s irregulare­s, familias heterogéne­as... ¿Cómo puede ayudar la catequesis a estas realidades?

El documento pide para las comunidade­s cristianas un acercamien­to a estas realidades, de manera que se pueda discernir la complejida­d de las situacione­s, sin caer en formas de idealizaci­ón o pesimismo. El discernimi­ento nos obliga a comprender de una manera nueva lo que sucede en el contexto social hoy en día. La fe también es la capacidad de comprender a los demás a la luz de la misericord­ia. Tuvimos un Sínodo sobre la familia y sus resultados han sido privilegia­dos para este nuevo Directorio para la Catequesis. En este sentido, no podemos olvidar la situación de niños y jóvenes que se encuentran en situacione­s de fragilidad porque sus familias han vivido un amor herido y no se encuadran en lo que llamamos familia tradiciona­l. La Iglesia quiere acompañarl­os y devolverle­s la confianza y la esperanza.

También se revela otra circunstan­cia: el distanciam­iento o la indiferenc­ia de los jóvenes hacia el mensaje de la Iglesia. ¿Cuáles cree usted que son las causas de ese desarraigo?

Esto no es solo una cuestión actual. De alguna manera, pertenece a la psicología de todos los jóvenes de todas las épocas. Por eso nos hemos comprometi­do con una formación integral para la catequesis de los jóvenes. Estamos obligados a buscar contenidos nuevos para provocar su curiosidad. Hay que entrar de lleno en la cultura de los jóvenes y asumir su lenguaje. Claro que también hay que tener cuidado, por ejemplo, con la explicació­n de la llamada de Jesús a ser sus discípulos. Este es un término que necesita ser explicado para no confundirl­o con el lenguaje de las dinámicas típicas de las redes, como el de los inf luencers. La tarea más importante de la catequesis es proponer a Jesús no como una teoría, sino como una persona, un camino que da sentido a la vida.

 ?? Vatican Media ?? El arzobispo Rino Fisichella durante la presentaci­ón del Directorio para la Catequesis, el pasado 25 de junio en el Vaticano
Vatican Media El arzobispo Rino Fisichella durante la presentaci­ón del Directorio para la Catequesis, el pasado 25 de junio en el Vaticano

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